martes, 30 de julio de 2013

Dublin y la llamada...

Otra situación "yo no estaba allí", aunque si hubiera estado, tampoco hubiera podido hacer nada.

Una tarde recibo una llamada de mi madre. Está llorando desconsoladamente. El motivo?, un nuevo ataque de artrosis en las manos.
Ella sufre de artrosis desde hace años, es una enfermedad congénita. Mi abuela también la tiene.

En la actualidad no existe ninguna cura para la enfermedad, simplemente existen paliativos, aunque en la práctica no hacen mucho...

En regla general, a mi madre no le molesta demasiado, pero a veces tiene episodios en que el dolor se hace insoportable, ya que la enfermedad le está deformando los dedos de las manos. Cuando se termina el ataque pasados unos días, los dedos se le quedan doblados.

El problema de su enfermedad, es que como le ataca las manos, no puede trabajar. Y si mi madre no trabaja, no cobra. Así de duro.

Ver llorar a mi madre de desesperación por no poder trabajar y por el dolor, no es fácil de digerir, y más aun cuando estás fuera de casa... Cómo me hubiera gustado estar en España en aquel momento para poder darle un abrazo enorme!.

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