A Peter le encanta escuchar música. Lo hace a todas
horas. No le importa la hora, no le importa el volumen, no le importa
si alguno de nosotros está durmiendo.
Para
mí, escuchar su música es sentir que hay alguien en casa. Aunque yo
esté en mi habitación estudiando, leyendo o limpiando... la música de
Peter me hace sentir su presencia en casa.
Sin embargo, la vecina del 81, Mc Kee RD., no pensaba lo mismo que yo…
Una
mañana Peter tenía la música de su habitación a todo volumen. Tenía la
puerta cerrada, pero vibraban los cristales, el suelo… y si te acercabas
demasiado a la puerta no se podía hablar.
A los 20 minutos tocan el timbre. Como mi habitación estaba al lado de la puerta de entrada, casi siempre era yo la que abría.
Del
otro lado me esperaba una señora de unos 50 o más años, bastante
enfadada que no dejaba de hablar y gesticular. Yo no entendía nada. Dejé
que me echara el sermón, que no dejara de chillarme y de gesticular con los brazos, y cuando terminó le dije con cara de nada:” Lo siento, pero no
le entiendo”.
Se
tranquilizó momentáneamente y volvió a repetirme las frases más
despacio. Le entendí que la música estaba demasiado alta y que le dijera
a Peter que se pasara por su casa porque ella quería hablar con él.
Le respondí que sin problemas, que ahora mismo le decía que bajase la música.
Cuando
cierro la puerta Juyeon está detrás de mí partiéndose de la risa!.
Subimos las 2 a golpearle la puerta a Peter. La música estaba tan alta que casi
tuve que pegarle puñetazos para que pudiera escucharme… Le digo a Peter
que baje la música por favor, que la vecina está enfadada. Pone cara de
“qué pesada esta mujer!, siempre igual…” y baja la música. Pero tampoco demasiado... He de añadir que las paredes y techos de las casas irlandesas parecen de papel. Se escucha absolutamente todo...
Los 3 nos quedamos partiéndonos de la risa en la planta alta de la casa.
La vecina le dijo unas 4 cosas bien dichas sobre el volumen. Él asentó la cabeza y nunca más puso la música tan alta…
Mi casa de Dublin. La puerta de la izquierda es la casa de mi vecina...
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