sábado, 13 de abril de 2013

Dublin y la alfombra azul

Es muy común en casi todas las casas irlandesas el uso de las moquetas. Las he llegado a ver incluso en el cuarto de baño…
Todas las habitaciones de mi casa tienen moqueta, excepto la mía que solo tiene parquet. Es de color gris, pero está tan gastada, tan destrozada, que en algunas zonas tiene agujeros y se ve la madera de abajo.

El casero ha decidido cambiarla. Asique uno o días antes, nos dedicamos a arrancar la antigua moqueta. Aunque a mí no me afectaba, ayudé a mis compañeros de piso!. Nos lo pasamos en grande haciéndolo!. Eso si, la cantidad de polvo que vino detrás fue espectacular…
La antigua moqueta rodó escaleras abajo, y la otra no tardó en llegar. Yo no estuve cuando vinieron los de la tienda a colocarla, pero no tardaron demasiado.

El problema vino después. El casero compró una moqueta azul, pero no de la mejor calidad. Por lo que a los 2 ó 3 días de haberla colocado empezó a soltar pelo sin parar… Había pelusas de la moqueta por todas partes!.
Mis compañeros, a menudo, amanecían con la boca pastosa llena de pelo azul… La solución?: la aspiradora!. Creo que nunca se había pasado tanto la aspiradora en tan poco tiempo…
El problema fue, que la aspiradora no daba más de sí con tanto pelo, la bolsa se llenó y dejó de funcionar. Todo el mundo se negó a comprar una bolsa nueva.

Juyeon estaba desesperada!. “Yo no voy a pagar las bolsas para todos!”, me exclamó. Y yo lo entendí.
Asique le dije que yo tenía una solución, porque las pelusas ya empezaban a amenazar con adueñarse de la casa… Incluso sin yo tener moqueta, estaba padeciendo los daños colaterales de las mismas: el salón estaba lleno de pelos, al igual que el cuarto de baño…
Una mañana, me senté en el jardín con la aspiradora, me puse unos guantes, la abrí y empecé a sacar las pelusas de la bolsa llena a punto reventar… mientras Juyeon las recogía con una bolsa del supermercado. Eran tiras gigantes!!. Juyeon y yo no podíamos parar de reir!. La situación era sumamente ridícula… Fue ahí cuando me contó, que en Corea no existían las aspiradoras como las conocemos en Europa. Ellos utilizan unas máquinas redondas automáticas, no más altas de 5 ó 6 centímetros de altura, que se accionan solas y aspiran la casa, sin el más mínimo esfuerzo por parte del propietario. Se les programa la hora a que se desee que aspire, y ella sola hace su trabajo. Únicamente hay que vaciarle la bolsa cada cierto tiempo.
Dejé de hacer lo que estaba haciendo, la miré y exclamé: “Yo quiero una!!!. Hasta las narices de pasar la aspiradora… 
He de decir que en España también las tenemos, pero su uso no está tan extendido como en Corea.

Nuestra aspiradora volvió a funcionar, y a recoger pelusas azules por toda la casa. La moqueta siguió soltando pelos varias semanas más, aunque no recuerdo realmente si dejó de hacerlo, o nosotros simplemente nos acostumbramos a ellas…

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