domingo, 3 de marzo de 2013

Vivir en solitario: Dublin (XLVIII)

La mujer para la que trabajo no quiere que vaya solo una vez a la semana. Después de un mes de estar trabajando para ella, quiere que vaya 2 ó 3 veces. Mejor!.
No es un trabajo especialmente duro, solo tengo que hablar con Thomas: leerle cuentos, enseñarle fotografías… y todo lo que mantenga su mente activa, dado que su minusvalía le impide hacer otro tipo de actividades.
A la hija la mayor, le enseño español. Está estudiando nuestro idioma en el colegio, y la verdad es que no se le da nada mal!. Le enseño la pronunciación y un poco de vocabulario. Tiene un nivel básico. Aunque enseguida detecto que es muy tímida y le da vergüenza que le enseñe y escucharse hablar en otro idioma que no controla.
La otra hija, directamente me ignora…

La madre y el padre son muy cordiales conmigo. Sobre todo la madre, a quien creo le he despertado el instinto maternal. Sabe que estoy sola en Irlanda, y además tengo las típicas dificultades para comunicarme de una persona que no controla un idioma.

Pese a la minusvalía de Thomas, la cual le obliga a estar en cama las 24 horas del día, no puede hablar, únicamente emite sonidos, y apenas puede moverse, la familia ha aprendido a convivir con ello. Y si ellos lo hacen, yo también… Ver a Thomas en su cama todos los días, un chico de 15 años con la misma actividad, mentalidad y desarrollo de un bebé hace daño y que jamás saldrá de esa situación, duele, y mucho… Pero me reconfortaba pensar que contaba con el apoyo de su familia, él no estaba solo, y además, y quizás lo más importante, él no era consciente de su minusvalía.

Cuando se trabaja en una casa, aprendes a observar los comportamientos de los diferentes miembros de la familia. Lo que más me gustaba de esa casa, era que lo primero era la familia. Daba igual que la casa estuviera hecha un desastre, sucia o desordenada. Allí había mucho cariño, mucho afecto… y eso era lo que importaba.
A los padres siempre los vi muy afectuosos con sus hijos, todos se dedicaban un tiempo entre ellos. Y a mí, aunque solo sea de observadora, me daba mucha envidia sana, pero sobre todo, me sentía a gusto de trabajar allí…

Pub en Dublin.

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