Cada mañana, Peter va a hacer la compra a Superquinn, un supermercado bastante grande que hay cerca de casa.
Se monta en su bicicleta, se lleva su mochila, y a hacer su compra!.
Un
sábado, mientras me estoy preparando el desayuno, él acababa de
regresar de sus recados. Nos ponemos a hablar y me pregunta qué cuánto
gasto en la compra. Le digo que nunca he gastado más de 30 euros a la
semana.
Se queda sorprendido.
Nosotros
cuatro, habíamos dividido la nevera en 4 partes, cada uno tenía su
estantería. La mía era siempre la más llena, nunca tenía espacio, y
muchas ocasiones tuve que pedirle espacio a mis compañeros en su
estantería porque no me cabían las cosas.
Por
otro lado, cada uno tenía su armario en la cocina, y la mía siempre
estaba a rebosar… Nunca faltaba nada: pan, galletas, arroz, pasta,
verduras, frutas, leche, huevos, queso… Nunca, nunca, nunca, me faltó
algo…
Peter
no se lo puede creer. Él gastaba a la semana 70 euros. Y era para él
solo. Le dije que se administraba mal, muy mal. Y le expliqué mi método.
Yo hacía una lista a la semana,
normalmente yo compraba los jueves. En esa lista, yo ponía todo lo que
iba a necesitar esa semana para comer, para aseo… y por supuesto, en
inglés!. Ahí va un ejemplo: milk, avocado, tomatoes, cheese, potatoes…
Evidentemente, esto me obligaba saber la comida que iba a preparar esa
semana…
La fruta y la verdura, la
compraba en el mercado de la verdura en Moore St. la calidad era mucho
mejor que la del supermercado. El resto lo compraba en Dunnes Stores,
muy cerca de Moore St. Lo peor era venir cargada desde el centro de la
ciudad en autobús hasta mi casa, pero no había otra solución… Lo único
que no compraba en el centro era la leche. Yo consumo mucha leche,
alrededor de unos 7 litros a la semana, y venir cargada desde allí con
tanto peso no era buena idea. Por suerte, abrieron un pequeño comercio
en la esquina de mi casa, y allí vendían leche. He de decir, que allí no
se venden tetra bricks de 1 litro como en España, sino que se venden
bidones de 3 litros…
Por
otro lado, le dije que Superquinn era un supermercado muy caro. Para
que os hagáis una idea, equivaldría a El Corte de España.
Peter
observaba mi organización. Tomó nota, y al día siguiente lo vi con su
lista, y se marchó a comprar a Tesco. Vino cargadísimo. Y no volvió a
comprar hasta la semana siguiente…
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