miércoles, 13 de marzo de 2013

Dublin y la tortilla de patatas

Cuando me fui a vivir a Dublin, mi experiencia culinaria se reducía a: huevos fritos, arroz con huevo, tallarines con mantequilla y ensaladas… Como bien se puede apreciar, un ser humano no puedo vivir únicamente de esto.
Asique, cuando estaba en España, me compré una libro de recetas fáciles, o lo que es lo mismo: para torpes en la cocina… Y me sirvió!. El único problema era que, pasado un tiempo, siempre terminaba repitiendo las mismas recetas…

Asique un día, cansada de comer las 10 recetas que me había aprendido, decidí innovar… y pensé que era una buena idea debutar con una tortilla de patatas!.
Todo fue perfecto!, hasta que me tocó dar vuelta a la tortilla en la sartén… antes de eso, me aseguré de hacerlo en la pila… no vaya a ser… Cuando coloco el plato debajo y voy a darle la vuelta: “Oh horror!, la tortilla se había quedado totalmente pegada en la sartén!. Parecía que tenía un imán!.
Intenté por muchos medios despegarla, pero mi notable inutilidad culinaria terminó por desmembrar a la pobre en varios trozos… vamos, que parecía un vómito…

Procuré juntar los pedazos en el plato, unirlos como un rompecabezas para que no se notara el estropicio… Y fue ahí cuando descubrí, que tanto la patata como el huevo se llevan a las mil maravillas!. Como encajaban las piezas!!!, pero si había que mirarla muy de cerca para saber que estaba totalmente destrozada!.

Cuando Peter y Juyeon entraron a la cocina, olisquearon el aire y ambos dijeron lo mismo: “pero qué bien huele!!”. Les hice probar mi primera tortilla de patatas y les encantó!! (se nota que no eran españoles, porque se la comieron aunque fuera huevos con piedras…).
Peter no dejó de ir robando cachitos de la tortilla.

Yo cené mi parte, y les dije que cogieran un poco si querían. Total, había hecho una tortilla enorme, y quería que sobrara para el día siguiente para cuando yo regresase de trabajar.

Cuál fue mi sorpresa al día siguiente, después de llegar del trabajo, cuando descubro que no sólo se habían comido TODA la tortilla,  (no me dejaron ni tan siquiera una triste migaja) sino que además me dejaron el plato sucio en la pila para que yo lo fregara... :(

Mi cocina de Dublin.

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