El mismo fin de semana que Jose se presentó en Dublin, mi madre también apareció.
Llegó un viernes por la tarde - noche.
Yo por la mañana, y a sabiendas de cómo son las madres, antes de marcharme a clase madrugué para limpiar a fondo el cuarto de baño... No quería sorpresas desagradables.
Mis compañeros de piso se reían de mis visitas!, ya que en poco tiempo vino mucha gente a verme...
Tuve que recoger a mi madre en el aeropuerto, y como no pudo ser de otra manera, llegué un poco tarde... por suerte, mi madre está acostumbrada...
Verla fue una grata sorpresa, después de tanto tiempo podia abrazarla!. Ella ya había estado en el país años atrás, asique conocía muy bien la ciudad... Durante el trayecto me pone al día de las últimas novedades que habían acontecido en España.
Llegamos a casa, y ella estaba tan cansada que se echo en la cama a descansar un poco. Después, nos fuimos al centro de Dublin, y allí quedamos con Jose para tomar unas cañas!.
Los cuatro nos lo pasamos genial!, como si no hubiera pasado el tiempo, como si no estuviéramos en Dublin, como si yo no me hubiera ido de España...
Recorrimos varios bares, comimos un poco y disfrutamos de una velada muy agradable de risas.
Jose se había cogido un hotel en el centro, asique llegada una hora prudencial nos marchamos. Él no tuvo problemas para regresar, pero mi madre y yo teníamos un problema: el transporte publico.
A partir de determinada hora no funciona, y el que funciona pasa cada mucho tiempo.
Compramos unos tickets para el autobus nocturno, ya que el billete normal no sirve. Es necesario acercarse a las tiendas de souvenirs para hacerse con uno de ellos. Pensad que el importe de un viaje sencillo está en torno a unos 4 euros aproximadamente, excesivamente caro para el servicio que dan...
Mi madre y yo tuvimos que esperar un buen rato en la parade hasta que el autobus apareció.
Durante el trayecto, a mi madre le hace efecto la cerveza, y empieza a sentir unas ganas irrefrenables de orinar... Me pregunta todo el tiempo cuanto tiempo falta para llegar, le digo que no mucho... Cuando nos bajamos en la parada ella ya no podia más y todavía quedaba un buen trecho para andar, y mi madre siente que no llega... que o cogemos un taxi u orina en la calle...
Asique le dije que caminásemos dirección a mi casa y que estemos atentas a un taxi. Por suerte no tuvimos que esperar mucho...
Mi casa no estaba muy lejos, a unos 5 minutos en coche, pero mi madre ya no puede más!, asique cuando el taxi para en la puerta de mi casa, ella se baja corriendo, yo me quedo pagándole al taxista, y nada más abro la puerta de mi casa, ella sube corriendo las escaleras dirección el cuarto de baño.
Debía estar a punto de estallar, porque subió varias veces al cuarto de baño aquella noche... Si que es fuerte la Guinness!!.
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