miércoles, 6 de febrero de 2013

Vivir en solitario: Dublin (XLVII)

Mi nueva profesora de inglés tiene pocas pulgas. Le gusta que la clase esté totalmente en silencio. Si alguien habla, no duda en mandar a callar.
Como es de un tamaño bastante voluminoso, da cierto respeto, está embarazada y posiblemente las hormonas estén haciendo su trabajo, y eso sumado a su poca paciencia… Pues da respeto!.
Nuevamente, mis compañeros son todos chinos. Y creo que a mi profesora no les cae muy bien… únicamente a mí, que curiosamente soy la única occidental de la clase, me trata bien…

Cuando mis compañeros plantean una duda, ella no suele responderles de buena gana, por lo que casi todo el mundo decide no preguntar y quedarse con la duda.
Recuerdo un día, en el que un compañero, quien no era buen estudiante, hizo mal un ejercicio. La profesora no lo dejó ni terminar. Pronto comenzó a humillarle y a decirle que hasta dónde quería llegar con su actitud de no tocar un libro, de no estudiar y de pasar de todo… Se hizo un silencio en la clase.
Entre todos nos mirábamos sin decir una sola palabra.

Cuando llegó el descanso, todos mis compañeros empezaron a protestar por su actitud. Decían que no era apropiada y que se estaba pasando. Pero como suele suceder en estos casos, nadie hizo nada…

Yo pronto me di cuenta que ella abusaba de su superioridad en cuanto que era la responsable de la clase. Y si encima, a quienes tenía debajo, en este caso a sus alumnos, no les caía muy bien… ya os podéis imaginar cómo se crecía la mujer… A mí su actitud no me gustaba. Me parecía demasiado marimandona, autoritaria y déspota… Considero que se puede mantener la seriedad en clase sin tener que apostar por el autoritarismo.

Con mi nivel de inglés avanzaba, pero muy poco a poco. A veces sentía que me estancaba… Con el tiempo descubrí que era únicamente una sensación…





Grafton St. Dublin

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