Mi nueva profesora de inglés tiene pocas pulgas. Le
gusta que la clase esté totalmente en silencio. Si alguien habla, no
duda en mandar a callar.
Como es
de un tamaño bastante voluminoso, da cierto respeto, está embarazada y
posiblemente las hormonas estén haciendo su trabajo, y eso sumado a su
poca paciencia… Pues da respeto!.
Nuevamente,
mis compañeros son todos chinos. Y creo que a mi profesora no les cae
muy bien… únicamente a mí, que curiosamente soy la única occidental de
la clase, me trata bien…
Cuando
mis compañeros plantean una duda, ella no suele responderles de buena
gana, por lo que casi todo el mundo decide no preguntar y quedarse con
la duda.
Recuerdo un día, en el
que un compañero, quien no era buen estudiante, hizo mal un ejercicio.
La profesora no lo dejó ni terminar. Pronto comenzó a humillarle y a
decirle que hasta dónde quería llegar con su actitud de no tocar un
libro, de no estudiar y de pasar de todo… Se hizo un silencio en la
clase.
Entre todos nos mirábamos sin decir una sola palabra.
Cuando
llegó el descanso, todos mis compañeros empezaron a protestar por su
actitud. Decían que no era apropiada y que se estaba pasando. Pero como
suele suceder en estos casos, nadie hizo nada…
Yo
pronto me di cuenta que ella abusaba de su superioridad en cuanto que
era la responsable de la clase. Y si encima, a quienes tenía debajo, en
este caso a sus alumnos, no les caía muy bien… ya os podéis imaginar
cómo se crecía la mujer… A mí su actitud no me gustaba. Me parecía
demasiado marimandona, autoritaria y déspota… Considero que se puede
mantener la seriedad en clase sin tener que apostar por el
autoritarismo.
Con
mi nivel de inglés avanzaba, pero muy poco a poco. A veces sentía que
me estancaba… Con el tiempo descubrí que era únicamente una sensación…
Grafton St. Dublin
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