A mediados de septiembre, mi compañero Peter nos
propone un sábado de marcha por la capital irlandesa. El plan era ir a
la discoteca de moda de aquel entonces “The bottom Company”. Se
encontraba muy cerca de Temple Bar, y casi todo el mundo iba allí.
Aquella noche, pinchaba un DJ bastante famosillo de música electrónica,
la música favorita de Peter. Yo acepté, porque la noche prometía, y
también Juyeon y un amigo de origen francés de Peter.
Las
noches de Dublin, se caracterizan por ser noches de pubs típicamente
irlandeses, en los que hay música en vivo o no, pero en cualquier caso,
discoteca no hay demasiadas, si lo comparamos con otro países europeos.
“The
Bottom Company” no hacía mucho tiempo que había abierto, y quedamos en
la entrada del local para encontrarnos con el amigo francés de Peter. El
chico era muy majo.. Entramos los cuatro al local. Lo primero que me
sorprendió fue que era realmente enorme. No sé cuántas plantas tenía,
pero no se sentía la sensación de agobio de otros locales nocturnos.
Había gente, si, el local era grande, si, pero se podía caminar sin
problemas.
La gente salía a fumar
a la terraza de la última planta, ya que la ley antitabaco de Irlanda
es sumamente estricta en este sentido.
Bailamos
muchísimo, nos reímos un montón. El DJ pinchó música electrónica como
era de esperar, pero también la combinó con música house del momento.
En
la pista de baile, había muchos extranjeros de vacaciones en Dublin.
Muchos se habían pasado con el alcohol, e intentaban por todos los
medios ligar con las chicas. Pero como el grado de alcohol era tan
elevado, lo hacían de manera muy torpe, moviéndose de un lado a otro,
tambaleándose e intentando hablar en inglés sin poder pronunciar ni una
sola palabra correctamente. El diálogo era casi imposible…
De vez en cuando alguno se caía al suelo, empujando a los demás, lo que originaba situaciones un tanto tensas.
Llevar
las copas a la pista de baile estaba prohibido. Más de uno intentó
saltárselo, pero no tardaba en aparecer alguno de seguridad…
A
media noche, bailar en la pista se convirtió en algo imposible!. Los
chicos que habían bebido no dejaban de empujar. Asique Juyeon y yo nos
salimos y nos reunimos con Peter y Guillaume. Nos quedamos charlando en
el sofá, escuchando música y disfrutando del momento!.
De
repente, se para la música. La gente empezó a silbar. Lo que había
sucedido era que al DJ se le había caído la jarra de cerveza justo
encima del pinchadiscos y éste se paró. La cerveza corría a lo largo de
la mesa del DJ y comenzó a caer al suelo y a la pista de baile. Un
compañero vino corriendo con un trapo para secar. Nosotros estábamos
partiéndonos de risa!.
Cuando
ya estábamos cansados, llamamos a un taxi y nos volvimos a casa.
Hablamos con el conductor del taxi un buen rato. Era irlandés, y no
dejaba de preguntarnos qué hacíamos allí, si vivíamos o estábamos
simplemente de vacaciones.
Cuando
llegamos a casa, cada uno se fue a su habitación, yo todavía con los
oídos aturdidos por la música, pero con la sensación de habérmelo pasado
genial con mis compañeros de piso!.Temple Bar. Dublin.
Bueno, he estado un tiempo fuera de los blogs, pero veo que sigues contando historias de Dublín. Me alegra :)
ResponderEliminarUn saludo!!
Y a mí me alegra que hayas regresado!.
ResponderEliminarDublin siempre estará en mi blog...
Cómo estás?, ya pensaba que no volvería a verte...
Un saludo.
Pues muy bien, volví hace poco a mi blog después de un descanso que necesitaba. Pásate y echa un vistazo, me hará mucha ilusión verte por ahí :)
ResponderEliminarUn saludo!!