Qué raro me resultó despertarme mi primera mañana en Dublin!. Si, allí estaba, en una habitación muy diferente a la mía, y con bastantes cosas por hacer...
Quería dedicar aquel viernes, a buscar una escuela de inglés, además, tenía que hacer algunas compras: edredón nuevo, una almohada (había dormido con un cojín de 20 cm. x 20 cm.), toallas, otro juego de sábanas... asique a levantarse!.
Mi compañero Peter me dice que tenía que ir al centro de la ciudad, y yo también!... me dice que me acompaña para que aprenda qué autobús coger, donde bajarme... La parada del bus estaba a unos escasos metros de mi casa, el número era el 19B, aunque el 19 hacía un trayecto muy parecido y paraba un par de metros más arriba de mi casa...
Lo primero que me llamó la atención, fue la parada en sí. Nada indicaba el número del autobus que pasaba por allí, ni horarios, ni recorridos... únicamente un palo de color amarillo indicaba, que por allí, pasaba un bus, pero no se podía saber a dónde iba... En regla general, los transportes en Dublin son bastante malos. Los propios dublineses se quejan de ello sin cesar... Son lentos, caros y hay poca información.
Para viajar, se puede comprar un billete sencillo, de un único viaje y que se paga al conductor directamente. El precio se paga en función del número de paradas, por aquel entonces, era de 1,80 €/ trayecto desde mi casa hasta el centro.
Otra opción, es comprar los billetes con varios viajes, los hay de 5 días, de 10 días, de un mes... se compran en los establecimientos tipo "Londis", e indican que venden billetes de autobus con un pequeño cartelito a la entrada que dice "Ticket Dublin Bus" redondo y de color amarillo, con el símbolo de la empresa de autobuses. Están por todas partes!.
Durante el trayecto de ida hablamos poco, yo estaba alucinando subida al piso de arriba del autobús!, nunca había viajado en un autobús de 2 pisos...
Cuando llegamos a O'Connell St., nos despedimos. Yo comienzo mi búsqueda de escuelas. En esta avenida y en sus alrededores existen muchos centros de enseñanza de inglés!. Yo visité cada una de ellas, pidiendo información. Las recepcioinstas que me atendían eran muy amables, pese a que mi inglés era penoso, hacían un esfuerzo para poder conversar conmigo y por ayudarme. En regla general, la gente es así... muy solidaria y sociable... No tienen problemas en intentar conversar contigo aunque apenas puedas comunicarte... Fue ahí cuando me di cuenta que había ido al lugar acertado para aprender inglés!.
A medida que iba pasando el día, recuerdo que iba caminando por las calles llena de papeles informativos!.
Cuando ya había visitado unas cuantas escuelas, decido ir a Pennies, el Primark de España. Tenía que comprar bastantes cosas.
Esta tienda se encuentra en pleno O'Connell St. y es visitada por muchísima gente cada día... Sé que sonará un poco raro, pero en el mes de julio, yo buscaba un edredón de plumas... Tenía frío casi todo el tiempo, aún no me había acostumbrado a la temperatura irlandesa!. Yo veía a la gente por las calles caminando en camiseta muy tranquilamente, y yo iba con una chaqueta cerrada y pasando frío... madre mía!.
Yo me quedaba mirando a las chicas, super rubias, tremendamente blancas y con unos ojazos azules impresionantes!!!... Yo pensaba, estas chicas en España tendrían muchísimo éxito!... jajaja.
Cuando entré a Pennies, no lo negaré, quería comprarme todo... pero no podía ir muy cargada, y únicamente quería comprar lo que necesitaba... Tengo en mi mente aún, el recuerdo de estar saliendo del establecimiento con un edredón de plumas para cama de matrimonio enorme (en el mes de julio, si... ni yo me lo podría creer...), una almohada (la noche anterior hacía dormido con un cojín de 20 cm. x 20 cm. porque era lo que tenía a mano...), un juego de sábanas, toallas, unas chaquetas que me había comprado viendo la temperatura que hacía... aquello fue todo un espectáculo... pensé que el conductor de autobus no me iba a dejar subir con tantas cosas... Y más teniendo en cuenta que era hora punta e iba lleno hasta la bandera...
Pero no fué así, me dejó subir sin problemas... Mientras voy de camino a casa, me siento como una gitana con tantas bolsas gigantes... me faltaban las chanclas y una falda larga de colores...
Cuando el autobús dejó el centro de la ciudad, las calles que va cogiendo no me suenan para nada... Pasamos por una avenida que creo que está cerca de mi casa, pero el conductor sigue, sigue y sigue, y no veo que pase por mi calle... es ahí, cuando me doy cuenta que he cogido el autobus equivocado...
Asique tengo que bajarme, con mis tremendas bolsas y empezar a caminar. No sabía donde estaba exactamente, pero el barrio me sonaba... recuerdo no estar nerviosa para nada, quizás me estaba acostumbrando a perderme todo el tiempo?, se había convertido en un hábito para mí?... jajaja.
Camino entre las calles de chalets, no había nadie a quien preguntarme, las bolsas empezaba a pesarme, y me temo que si no encuentro mi casa en una hora más o menos, se hará de noche...
Me cruzo con una señora, le pregunto por mi calle y me dice que no tiene ni idea...
Por suerte, veo a un señor, le indico la calle que estoy buscando y me dice que estoy un poco lejos, pero si sigo caminando por donde estoy y girando un par de cruces llegaré.
Le hice caso, y tranquilamente hice lo que me dijo. A medida que iba pasando el tiempo, empecé a ver algunas calles que me sonaban por haber pasado con el autobus esa misma mañana...
Qué sensación de felicidad cuando vi mi calle!, y pensé: "home, sweet home..."
Grupo de músicos tocando en las calles de Dublin.
miércoles, 29 de febrero de 2012
sábado, 25 de febrero de 2012
Vivir en solitario: Dublin (IX)
Después de caminar, y ya con la ilusión de haber encontrado la calle, veo la casa que estaba buscando!. Toco el timbre, espero y no escucho nada... Había acordado con el chico a la hora a la que llegaría aproximadamente. Al cabo de unos minutos, escucho unos pasos. Me abre la puerta un chico, más o menos de mi edad. Nos presentamos y me hace pasar dentro.
La casa constaba de una planta baja y de un primer piso. Dejo mis cosas en la entrada del chalet, y recorro con el chico el interior de la vivienda. Me enseña la habitación que estaba en la planta baja, lo primero que me impactó fue el enorme mural que tenía: sobre un fondo negro, unos dibujos blancos sin forma definida. Me encantó!. El chico me confesó que había sido él quien lo había dibujado, ya que era diseñador gráfico.
Lo segundo que me llamó la atención: la enorme suciedad que tenía la habitación!, el último inquilino no había recogido nada, y además de estar todo sucio, el edredón blanco encima de la cama estaba mugriento (me dió un asco increíble), las sábanas revueltas y bastante sucias, la alfombra del suelo tenía vida propia, las cortinas daban asco y en regla general olía mal...
El chico que me atiende, de nombre Peter, me dice que hay 2 habitaciones más que están vacías. Las dos se encuentran en el piso de arriba. Le pido verlas. Una de ellas era tan pequeña, que únicamente entraba una cama individual y un armario. Daba claustrofobia...
La otra estaba peor que la anterior, tenía humedades, no tenía muebles y olía peor que la primera. Por lo que no me queda otro remedio que coger la primera habitación de todas.
Después de no haber dormido, de haber viajado, los nervios, las idas y venidas con las maletas... me toca ponerme a limpiar... qué remedio!.
Las sábanas las tiré, abrí las ventanas para ventilar, la alfombra pasó a mejor vida, limpié el polvo, pasé las apiradora... le pedí a Peter que me acompañara a comprar comida, porque sabía que las tiendas en Irlanda cierran más pronto que en España, y no tenía nada para comer... De paso, compraría sábanas nuevas...
He de decir, que Peter se portó genial conmigo!. Me ayudó en todo lo que pudo...La caminata que hago con él hasta el supermercado, me ayuda a conocer un poco mejor el barrio. No hablamos mucho, dado que mi inglés era muy pobre... pero los gestos ayudaban mucho...
Cuando llegamos al supermercado, me asustan los precios... eran mucho más elevados que en España... más tarde descubriría que ese supermercado era como tipo El Corte Inglés de aquí, prohibitivo para bolsillos de presupuesto reducido como el mío...
Ya existían las cajas de autopago, que más tarde se copiarían en España... pero a mí me llamaron la atención en aquel momento!...
Peter, me dice que tampoco es necesario que compre mucho, que si necesito algo, él puede prestarme... con que compre algo para tirar hoy y mañana sería suficiente...
En la tienda de sábanas, tuvo que ayudarme Peter, ya que la dependienta me pregunta las medidas de la cama y yo no tenía ni idea... elegí unas muy alegres, que aun conservo con mucho cariño...
Unas 2 ó 3 horas después de haber llegado, la habitación era una historia muy diferente, hasta el propio Peter se sorprendió del cambio!.
Mural de mi habitación, realizado por mi compañero Peter... Un auténtico artista!. Todo el mundo que entraba se quedaba con la boca abierta...
La casa constaba de una planta baja y de un primer piso. Dejo mis cosas en la entrada del chalet, y recorro con el chico el interior de la vivienda. Me enseña la habitación que estaba en la planta baja, lo primero que me impactó fue el enorme mural que tenía: sobre un fondo negro, unos dibujos blancos sin forma definida. Me encantó!. El chico me confesó que había sido él quien lo había dibujado, ya que era diseñador gráfico.
Lo segundo que me llamó la atención: la enorme suciedad que tenía la habitación!, el último inquilino no había recogido nada, y además de estar todo sucio, el edredón blanco encima de la cama estaba mugriento (me dió un asco increíble), las sábanas revueltas y bastante sucias, la alfombra del suelo tenía vida propia, las cortinas daban asco y en regla general olía mal...
El chico que me atiende, de nombre Peter, me dice que hay 2 habitaciones más que están vacías. Las dos se encuentran en el piso de arriba. Le pido verlas. Una de ellas era tan pequeña, que únicamente entraba una cama individual y un armario. Daba claustrofobia...
La otra estaba peor que la anterior, tenía humedades, no tenía muebles y olía peor que la primera. Por lo que no me queda otro remedio que coger la primera habitación de todas.
Después de no haber dormido, de haber viajado, los nervios, las idas y venidas con las maletas... me toca ponerme a limpiar... qué remedio!.
Las sábanas las tiré, abrí las ventanas para ventilar, la alfombra pasó a mejor vida, limpié el polvo, pasé las apiradora... le pedí a Peter que me acompañara a comprar comida, porque sabía que las tiendas en Irlanda cierran más pronto que en España, y no tenía nada para comer... De paso, compraría sábanas nuevas...
He de decir, que Peter se portó genial conmigo!. Me ayudó en todo lo que pudo...La caminata que hago con él hasta el supermercado, me ayuda a conocer un poco mejor el barrio. No hablamos mucho, dado que mi inglés era muy pobre... pero los gestos ayudaban mucho...
Cuando llegamos al supermercado, me asustan los precios... eran mucho más elevados que en España... más tarde descubriría que ese supermercado era como tipo El Corte Inglés de aquí, prohibitivo para bolsillos de presupuesto reducido como el mío...
Ya existían las cajas de autopago, que más tarde se copiarían en España... pero a mí me llamaron la atención en aquel momento!...
Peter, me dice que tampoco es necesario que compre mucho, que si necesito algo, él puede prestarme... con que compre algo para tirar hoy y mañana sería suficiente...
En la tienda de sábanas, tuvo que ayudarme Peter, ya que la dependienta me pregunta las medidas de la cama y yo no tenía ni idea... elegí unas muy alegres, que aun conservo con mucho cariño...
Unas 2 ó 3 horas después de haber llegado, la habitación era una historia muy diferente, hasta el propio Peter se sorprendió del cambio!.
La casa donde vivía vista por fuera. Mi habitación era la ventana de la derecha de la puerta, en la planta baja.
Mi habitación, y mi portátil...
La cocina, que a la vez era salón y comedor. Era enorme, calculo que tendría unos 50 ó 60 metros cuadrados... daba al jardín trasero.
Jardín trasero. Vista desde la cocina.
Calle donde vivía...
El resto del día me dedico a prepararme la cena, a configurar la conexión de Internet de mi portátil, y por supuesto, hablo con mis padres, ya que eran como las 7 de la tarde, y aun no tenían noticias mías...
La duchita fue muy agradecida, y cuando apoyé la cabeza en la almohada, conseguí relajarme, después de un día bastante tenso... Aunque, mientras estaba en la cama, me costó un poco dormirme, y pensaba, en todo lo que había hecho aquel día desde que me había levantado, para llegar hasta donde había llegado...
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martes, 21 de febrero de 2012
Vivir en solitario: Dublin (VIII)
O'Connell St. es el centro neurálgico de la ciudad, casi todas las líneas de autobuses de Dublin pasan por allí. A uno y otro lado de la avenida, tiendas de ropa, de souvenirs, restaurantes de comida rápida ("take away"), bancos... No es una avenida especialmente larga ni muy ancha, y está cortada por el río Liffey.
Los dublineses hacen mucha vida allí!...
Mientras estoy comiendo en el restaurante de comida rápida, tengo la maleta a mi lado y la comida en frente de mí. En la mesa de al lado hay 2 hombres comiendo con rasgos hindúes.
Ambos hablan en inglés, es en ese momento cuando tomo conciencia de que ya estoy lejos de casa...
Mientras como, pienso qué hacer... le pregunto a alguien cómo llegar hasta la dirección de mi casa?, mejor le pregunto a un conductor de autobús?, y si nadie sabe nada?, y si no les entiendo cuando me hablan?...
Cuando salgo del restaurante, veo justo enfrente el centro de información de transportes de Dublin, muy llamativo en colores amarillos y negros.
Decido preguntar allí. La chica de información no sabe decirme exactamente qué autobús va hasta la calle de la casa, saca el mapa lo abre encima del mostrador y me indica que el autobus 140 pasa muy cerca. No sé muy bien cómo le entendí, quizás por los gestos que me hacía...
Me dice donde está la parada y me pide que hable con el conductor para que me avise donde bajarme.
Cuando llega el autobus, le indico al conductor la dirección donde quiero ir. No sé que me dice, pero me hace una seña como que no me preocupe, que me avisará cuando lleguemos.
Me siento tranquilamente con la sensación que llegaré a mi casa en breve... Pasa el tiempo, el autobús se aleja cada vez más del centro de la ciudad. Nuevamente veo las casitas típicamente irlandesas, con sus jardines y sus tejados rojos.
Como veo que nos alejamos del centro y que ya ha pasado bastante tiempo, pienso, que quizás, el conductor se ha olvidado de mí. Me acerco a él, con mi triste inglés le digo que creo que me he perdido. Sonríe, me dice que no me preocupe, que aun no hemos llegado.
A los 5 minutos me llama. Me acerco a él y para el autobús (no había parada). Estábamos en un cruce de 2 avenidas más o menos importantes. Me dice que me baje y que siga la avenida hacia la derecha, y que después, pasadas unas 2 calles, gire a la izquierda, y allí encontraré la dirección de la casa que busco...
Todo esto lo entendí por las señas, porque escuchándolo no había entendido casi nada...
Siempre agradeceré la amabilidad de aquel conductor, me paró en una zona sin parada y no dudó en ayudarme...
Comienzo mi caminata, con mi maleta y mi portátil a cuestas... por suerte había gente en la calle para poder preguntarle en caso de perderme... Cuando llego supuestamente llego a la calle que buscaba, me doy cuenta que el nombre no concuerda... Yo buscaba Mc Kee rd., y donde me encontraba se llamaba Mc Kee Av... ahí me entra el nerviosismo, no sé donde estoy y no sé cómo llegar hasta la casa.
Paro a un señor, le indico mi problema. Me dice que no me preocupe, que la calle que busco no está muy lejos de allí. Me indica cómo llegar a McKee Rd. Por suerte, a este señor, si que le entendí. Me hablaba muy lentamente para que pudiera comprender...
Después de caminar unos 10 minutos, si, si, si, encontré la calle, únicamente me quedaba localizar el número!. Allá voy!!!!....
Cafetería en Dublin. Julio 2009.
Los dublineses hacen mucha vida allí!...
Mientras estoy comiendo en el restaurante de comida rápida, tengo la maleta a mi lado y la comida en frente de mí. En la mesa de al lado hay 2 hombres comiendo con rasgos hindúes.
Ambos hablan en inglés, es en ese momento cuando tomo conciencia de que ya estoy lejos de casa...
Mientras como, pienso qué hacer... le pregunto a alguien cómo llegar hasta la dirección de mi casa?, mejor le pregunto a un conductor de autobús?, y si nadie sabe nada?, y si no les entiendo cuando me hablan?...
Cuando salgo del restaurante, veo justo enfrente el centro de información de transportes de Dublin, muy llamativo en colores amarillos y negros.
Decido preguntar allí. La chica de información no sabe decirme exactamente qué autobús va hasta la calle de la casa, saca el mapa lo abre encima del mostrador y me indica que el autobus 140 pasa muy cerca. No sé muy bien cómo le entendí, quizás por los gestos que me hacía...
Me dice donde está la parada y me pide que hable con el conductor para que me avise donde bajarme.
Cuando llega el autobus, le indico al conductor la dirección donde quiero ir. No sé que me dice, pero me hace una seña como que no me preocupe, que me avisará cuando lleguemos.
Me siento tranquilamente con la sensación que llegaré a mi casa en breve... Pasa el tiempo, el autobús se aleja cada vez más del centro de la ciudad. Nuevamente veo las casitas típicamente irlandesas, con sus jardines y sus tejados rojos.
Como veo que nos alejamos del centro y que ya ha pasado bastante tiempo, pienso, que quizás, el conductor se ha olvidado de mí. Me acerco a él, con mi triste inglés le digo que creo que me he perdido. Sonríe, me dice que no me preocupe, que aun no hemos llegado.
A los 5 minutos me llama. Me acerco a él y para el autobús (no había parada). Estábamos en un cruce de 2 avenidas más o menos importantes. Me dice que me baje y que siga la avenida hacia la derecha, y que después, pasadas unas 2 calles, gire a la izquierda, y allí encontraré la dirección de la casa que busco...
Todo esto lo entendí por las señas, porque escuchándolo no había entendido casi nada...
Siempre agradeceré la amabilidad de aquel conductor, me paró en una zona sin parada y no dudó en ayudarme...
Comienzo mi caminata, con mi maleta y mi portátil a cuestas... por suerte había gente en la calle para poder preguntarle en caso de perderme... Cuando llego supuestamente llego a la calle que buscaba, me doy cuenta que el nombre no concuerda... Yo buscaba Mc Kee rd., y donde me encontraba se llamaba Mc Kee Av... ahí me entra el nerviosismo, no sé donde estoy y no sé cómo llegar hasta la casa.
Paro a un señor, le indico mi problema. Me dice que no me preocupe, que la calle que busco no está muy lejos de allí. Me indica cómo llegar a McKee Rd. Por suerte, a este señor, si que le entendí. Me hablaba muy lentamente para que pudiera comprender...
Después de caminar unos 10 minutos, si, si, si, encontré la calle, únicamente me quedaba localizar el número!. Allá voy!!!!....
Cafetería en Dublin. Julio 2009.
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viernes, 17 de febrero de 2012
Vivir en solitario: Dublin (VII)
La sensación de bajarme del avión fue extraña: se acababa mi tiempo de espera y comenzaba mi búsqueda del piso que había alquilado.
Primer choque con la realidad: en Dublin no hacía la misma temperatura que en España... Atrás se quedaban los 40 grados a la sombra, para dar paso a un día medio nublado con unos 18 grados de temperatura... y yo en manguita corta...
El pasillo del aeropuerto era larguísimo, o por lo menos a mí se me hizo eterno... De alguna manera siento que las piernas me tiemblan un poco. No sabía muy bien lo que me esperaba al otro lado del aeropuerto...
Me llama la atención el control de pasaportes... si mi vuelo venía de la Unión Europea!!, pero el control es igual para todos...
Las maletas se recogen después de pasar el control.
Mi maleta tarda en salir. Creo que fue una de las últimas... Mientras espero, recuerdo mi suceso en el aeropuerto de Roma, cuando mi maleta tardó en salir más de una hora... empiezo a ponerme nerviosa con la idea de quedarme sin ropa... Pero mi maletita gris apareció!.
El número del autobús que iba hacia mi futura casa era el 140. Cuando paso las puertas, lo primero que hago es buscar la parada. Nadie sabe nada de aquel autobus... Primer problema!. Solo estaba la parada de la lanzadera y del número 16A que conectaba directamente con el centro de la ciudad, es decir, con O'Connell St.
Por el precio de la lanzadera y el precio del billete normal, no merece la pena coger el primero. Hacen la misma ruta por doble o el triple del precio del segundo.
Como no tengo más remedio, decido coger el autobus hasta el centro de la ciudad, pensé, que una vez allí, y teniendo en cuenta que O'Connell St. es el centro neurálgico de Dublin, seguramente desde allí lo tendría más fácil como para poder llegar hasta la casa.
Subo al autobús, y coloco mi maleta. Mientras estoy sentada comienzo a tomar conciencia que estoy en Irlanda!, recibo el famoso mensaje de Movistar indicándome la tarifa internacional, y durante el trayecto, veo las típicas casitas irlandesas: jardines, techitos rojos... y sobre todo, que allí se conducía del lado contrario a España... Creo que fue en ese momento cuando conseguí relajarme un poco. Supongo que la situación que estaba viviendo en ese momento era similar a viajes anteriores...
Si bien O'Connell St. es una avenida muy reconocible, al llegar no me pareció una calle especialmente grande, o sería que yo me la habnía imaginado mucho más grande?¿...
Decido que es el momento de bajarme!. Ya me encontraba en plena capital irlandesa!, aunque sinceramente no sabía muy bien a donde ir...
Como apenas había desayunado (por los nervios), y ya era la hora de comer (en Irlanda), decido parar a picar algo, el hambre me estaba matando!!!. Seguramente, con el estomágo lleno, sería capaz de pensar con mayor claridad y sobre todo, encontrar mi futura casa, a la que en ese momento veía imposible de localizar...
Stephen Green Garden. Dublin. Julio 2009.
Primer choque con la realidad: en Dublin no hacía la misma temperatura que en España... Atrás se quedaban los 40 grados a la sombra, para dar paso a un día medio nublado con unos 18 grados de temperatura... y yo en manguita corta...
El pasillo del aeropuerto era larguísimo, o por lo menos a mí se me hizo eterno... De alguna manera siento que las piernas me tiemblan un poco. No sabía muy bien lo que me esperaba al otro lado del aeropuerto...
Me llama la atención el control de pasaportes... si mi vuelo venía de la Unión Europea!!, pero el control es igual para todos...
Las maletas se recogen después de pasar el control.
Mi maleta tarda en salir. Creo que fue una de las últimas... Mientras espero, recuerdo mi suceso en el aeropuerto de Roma, cuando mi maleta tardó en salir más de una hora... empiezo a ponerme nerviosa con la idea de quedarme sin ropa... Pero mi maletita gris apareció!.
El número del autobús que iba hacia mi futura casa era el 140. Cuando paso las puertas, lo primero que hago es buscar la parada. Nadie sabe nada de aquel autobus... Primer problema!. Solo estaba la parada de la lanzadera y del número 16A que conectaba directamente con el centro de la ciudad, es decir, con O'Connell St.
Por el precio de la lanzadera y el precio del billete normal, no merece la pena coger el primero. Hacen la misma ruta por doble o el triple del precio del segundo.
Como no tengo más remedio, decido coger el autobus hasta el centro de la ciudad, pensé, que una vez allí, y teniendo en cuenta que O'Connell St. es el centro neurálgico de Dublin, seguramente desde allí lo tendría más fácil como para poder llegar hasta la casa.
Subo al autobús, y coloco mi maleta. Mientras estoy sentada comienzo a tomar conciencia que estoy en Irlanda!, recibo el famoso mensaje de Movistar indicándome la tarifa internacional, y durante el trayecto, veo las típicas casitas irlandesas: jardines, techitos rojos... y sobre todo, que allí se conducía del lado contrario a España... Creo que fue en ese momento cuando conseguí relajarme un poco. Supongo que la situación que estaba viviendo en ese momento era similar a viajes anteriores...
Si bien O'Connell St. es una avenida muy reconocible, al llegar no me pareció una calle especialmente grande, o sería que yo me la habnía imaginado mucho más grande?¿...
Decido que es el momento de bajarme!. Ya me encontraba en plena capital irlandesa!, aunque sinceramente no sabía muy bien a donde ir...
Como apenas había desayunado (por los nervios), y ya era la hora de comer (en Irlanda), decido parar a picar algo, el hambre me estaba matando!!!. Seguramente, con el estomágo lleno, sería capaz de pensar con mayor claridad y sobre todo, encontrar mi futura casa, a la que en ese momento veía imposible de localizar...
Stephen Green Garden. Dublin. Julio 2009.
sábado, 4 de febrero de 2012
Vivir en solitario: Dublin (VI)
Llegó el día. La maleta me cerró a duras penas... era difícil elegir que llevarme y lo que no...
Mi vuelo salía a las 10 de la mañana. Me acompañaron al aeropuerto mis padres. No podré describir con palabras lo tenso de la situación. La cara de circunstancia de mi madre era un poema... su hija se marchaba y la tristeza se reflejaba en su rostro. De más está decir que ella se quedaba sola, mis padres están separados y mi hermano, por aquel entonces, vivía en Estocolmo...
Facturé mi maleta, me despedí de mis padres en cuanto pude y me fui a hacer la cola para embarcar.
Tenía un nudo en la garganta, mi madre se quedaba sola, yo estaba muy nerviosa por no saber lo que me iba a encontrar al otro lado... un cúmulo de sensaciones...
Mientras espero para embarcar, veo parejas, padres que van a visitar a sus hijos, algunos grupos de amigos que van a comenzar sus vacaciones... yo estaba sola, muerta de miedo...
Sentarme en el asiento del avión tampoco fue de gran ayuda. Yo intentaba descansar, ya que la noche anterior no había dejado de dar vueltas en la cama, no había pegado ojo... pero un grupo de amigos sentados en la parte trasera de mi asiento, no dejaban de comentar su viaje a Irlanda, se reían, hacían bromas... y no me dejaban dormir.
Cuando la azafata hablaba por megafonía, todo en inglés, me doy cuenta que no entiendo nada. Mi inglés básico de poco me iba a ayudar... se encienden las alarmas!, cómo voy a comunicarme con la gente?, cómo voy a hacer para llegar hasta la casa?... y si antes de subir al avión estaba aterrada, ahora lo estaba aún más... Intento leer un libro que me había llevado sobre Irlanda, pero apenas le presto atención...
Después de 2 horas de vuelo, entre nubes y un mar un tanto revuelto, comienzo a ver tierra... primero unas montañas, prados verdes, y después unas pequeñas casitas... al principio un poco alejadas las unas de las otras, pero a medida que avanzabamos, parecían estar un poco más juntas... Se abre la megafonía del avión y escuho: "Ladies and gentleman, we are going to land at the Dublin Airport in 20 minutes..."
Si, si, eso lo entendí!!!...
Mi vuelo salía a las 10 de la mañana. Me acompañaron al aeropuerto mis padres. No podré describir con palabras lo tenso de la situación. La cara de circunstancia de mi madre era un poema... su hija se marchaba y la tristeza se reflejaba en su rostro. De más está decir que ella se quedaba sola, mis padres están separados y mi hermano, por aquel entonces, vivía en Estocolmo...
Facturé mi maleta, me despedí de mis padres en cuanto pude y me fui a hacer la cola para embarcar.
Tenía un nudo en la garganta, mi madre se quedaba sola, yo estaba muy nerviosa por no saber lo que me iba a encontrar al otro lado... un cúmulo de sensaciones...
Mientras espero para embarcar, veo parejas, padres que van a visitar a sus hijos, algunos grupos de amigos que van a comenzar sus vacaciones... yo estaba sola, muerta de miedo...
Sentarme en el asiento del avión tampoco fue de gran ayuda. Yo intentaba descansar, ya que la noche anterior no había dejado de dar vueltas en la cama, no había pegado ojo... pero un grupo de amigos sentados en la parte trasera de mi asiento, no dejaban de comentar su viaje a Irlanda, se reían, hacían bromas... y no me dejaban dormir.
Cuando la azafata hablaba por megafonía, todo en inglés, me doy cuenta que no entiendo nada. Mi inglés básico de poco me iba a ayudar... se encienden las alarmas!, cómo voy a comunicarme con la gente?, cómo voy a hacer para llegar hasta la casa?... y si antes de subir al avión estaba aterrada, ahora lo estaba aún más... Intento leer un libro que me había llevado sobre Irlanda, pero apenas le presto atención...
Después de 2 horas de vuelo, entre nubes y un mar un tanto revuelto, comienzo a ver tierra... primero unas montañas, prados verdes, y después unas pequeñas casitas... al principio un poco alejadas las unas de las otras, pero a medida que avanzabamos, parecían estar un poco más juntas... Se abre la megafonía del avión y escuho: "Ladies and gentleman, we are going to land at the Dublin Airport in 20 minutes..."
Si, si, eso lo entendí!!!...
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