Por aquel entonces, yo escuchaba mucho hablar de la Constitución Europea, y que particularmente Irlanda había dado algunos problemas.
Yo no estaba muy enterada de lo que estaba pasando realmente, yo sabía que venían unas elecciones, que los irlandeses tenían que decidir si "Si" o "No" a la Constitución, pero poco más sabía por aquel entonces.
Lo cierto es que un año antes, Irlanda se había manifestado en contra del Tratado de Lisboa, y supuso un enorme varapalo para Europa.
Irlanda había sido el único país de la union que había sometido la decision a votación.
Los politicos irlandeses se mostraron muy desconformes con el resultado, asique un año después la elección volvió a repetirse.
En Irlanda estas elecciones se vivieron de manera muy pasional. Y es que los irlandeses, por regla general, son sumamente patrióticos, aman a su país y lo defienden como si fuera el salon de su casa. Algo que a mí siempre me ha sorprendido y he valorado.
Los días previos a las elecciones no se hablaba de otra cosa en las televisiones y en los periódicos, y el día de la votación había mucha expectación por el resultado.
Para Owen la segunda elección era absolutamente ridícula: "Si hemos dicho que no el año pasado, por qué tenemos que volver a votar otra vez??", decía.
Se quejaba que los politicos irlandeses no tenían en cuenta la opinion de la gente, según él, como no les había gustado lo que habían votado el año anterior, querían repetirlo nuevamente.
Peter era de la misma idea: "No pararán hasta que consigan el "si"!".
Finalmente los irlandeses votaron que si a la Constitución Europea.
Sin embargo en nuestra casa, la noticia pasó como una ráfaga de aire. Sobre todo para Juyeon y para mí. A Juyeon porque no estaba muy puesta en temas de políticas europeas, y yo porque casi nunca me enteraba de las noticias en ingles...
jueves, 27 de marzo de 2014
lunes, 24 de marzo de 2014
Dublin y Thierry Henri...
A juyeon le encantaba mirar unos programas de television estadounidense (nosotros teníamos cable en casa), en donde contaban el día a día de unos jóvenes "nenes de papa", que ni trabajaban ni estudiaban, y que tenían mucho dinero y lo único que les preocupaba era gastárselo.
Una noche Juyeon se quedó sin tele: Owen se le adelantó!. Él tenía una cita con la tele mucho más importante que ver a unos pijos peléandose entre ellos y gastando dinero sin parar: Irlanda se jugaba la entrada al mundial de Sudáfrica de 2010.
Como siempre es habitual en mí, nunca me entero de este tipo de cosas, no me gusta el fútbol y no lo sigo demasiado.
Todo lo contrario a Owen, que se sentó en el sofa esperando ansioso el comienzo del partido.
Cuando yo llegué al salon, el partido ya había empezado. Asique, mientras planchaba delante del televisor, disfruté de lo lindo viendo a Owen sufrir...
Saltaba, gritaba, se subía al sofa y se agarraba de la cabeza ante la desesperación de un partido que no iba como él esperaba...
Yo le pregunté qué quienes jugaban, y me dijo que se jugaban la entrada al mundial entre Irlanda y Francia. Yo no estaba ni enterada del mundial... con eso sigo todo.
Al escuchar los gritos de Owen, Juyeon también bajó al salon, y mientras cenaba aprovechó para ver el partido también.
Enseguida las dos nos pusimos a gritar: "Irland, Irland, Irland!!", pero la cosa no iba nada, pero nada bien...
Cual fue nuestra sorpresa al ver que en el gol de los franceses, el balón había sido previamente tocado por la mano de Thierry Henri.
Yo en aquel momento no estaba muy atenta al televisor, pero Owen y los comentaristas empezaron a gritar.
Los locutores comenzaron a hablar todos juntos, no se entendía nada, y Owen también chillaba.
Ante aquella situación, yo pensé que estaban acordándose de la familia del jugador que había metido el gol.
Sin embargo, Owen empieza a perder un poco los papeles, a señalar la tele y estar realmente enfadado. Le pregunto que qué sucede, y me explica que ese gol debe ser anulado, un jugador lo ha tocado con la mano.
En la retransmision efectivamente puede verse que fue tocada con la mano, sin embargo, ante la sorpresa de todos, el partido continua, pero ya con la sensación de que no hay nada que hacer...
El final del partido no pudo ser más triste: Owen se fue a su habitación indignado por el resultado.
Al día siguiente, cuando llegué a O'Connel St. para ir a claes, todos los periódicos tenían la misma portada: una magen amplicada de la mano de Thierry Henri y el balón.
Irlanda se quedó fuera del mundial, y creo que Thierry Henri ya no puede entrar a Irlanda...
Una noche Juyeon se quedó sin tele: Owen se le adelantó!. Él tenía una cita con la tele mucho más importante que ver a unos pijos peléandose entre ellos y gastando dinero sin parar: Irlanda se jugaba la entrada al mundial de Sudáfrica de 2010.
Como siempre es habitual en mí, nunca me entero de este tipo de cosas, no me gusta el fútbol y no lo sigo demasiado.
Todo lo contrario a Owen, que se sentó en el sofa esperando ansioso el comienzo del partido.
Cuando yo llegué al salon, el partido ya había empezado. Asique, mientras planchaba delante del televisor, disfruté de lo lindo viendo a Owen sufrir...
Saltaba, gritaba, se subía al sofa y se agarraba de la cabeza ante la desesperación de un partido que no iba como él esperaba...
Yo le pregunté qué quienes jugaban, y me dijo que se jugaban la entrada al mundial entre Irlanda y Francia. Yo no estaba ni enterada del mundial... con eso sigo todo.
Al escuchar los gritos de Owen, Juyeon también bajó al salon, y mientras cenaba aprovechó para ver el partido también.
Enseguida las dos nos pusimos a gritar: "Irland, Irland, Irland!!", pero la cosa no iba nada, pero nada bien...
Cual fue nuestra sorpresa al ver que en el gol de los franceses, el balón había sido previamente tocado por la mano de Thierry Henri.
Yo en aquel momento no estaba muy atenta al televisor, pero Owen y los comentaristas empezaron a gritar.
Los locutores comenzaron a hablar todos juntos, no se entendía nada, y Owen también chillaba.
Ante aquella situación, yo pensé que estaban acordándose de la familia del jugador que había metido el gol.
Sin embargo, Owen empieza a perder un poco los papeles, a señalar la tele y estar realmente enfadado. Le pregunto que qué sucede, y me explica que ese gol debe ser anulado, un jugador lo ha tocado con la mano.
En la retransmision efectivamente puede verse que fue tocada con la mano, sin embargo, ante la sorpresa de todos, el partido continua, pero ya con la sensación de que no hay nada que hacer...
El final del partido no pudo ser más triste: Owen se fue a su habitación indignado por el resultado.
Al día siguiente, cuando llegué a O'Connel St. para ir a claes, todos los periódicos tenían la misma portada: una magen amplicada de la mano de Thierry Henri y el balón.
Irlanda se quedó fuera del mundial, y creo que Thierry Henri ya no puede entrar a Irlanda...
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martes, 18 de marzo de 2014
Dublin y Juyeon tiene novio...
Cada cierto tiempo venía a nuestra casa el novio de Juyeon.
Era un chico muy jovencito, de Alemania, y que Juyeon había conocido en la Universidad, en Estados Unidos, siendo ambos estudiantes internacionales.
Como ella era de Corea y él de Alemania, ambos decidieron, de mutuo acuerdo, que su relación tendría fecha de caducidad, es decir, cuando ella se volviese a Corea la relación se terminaría.
Mientras tanto disfrutarían de la compañía el uno del otro.
Como el visado de estudiante se les terminó, él tuvo que regresar a Alemania, y ella pidió visado para 6 meses en Irlanda.
Cada dos o tres semanas el chico venía a nuestra casa para quedarse el fin de semana.
Yo hablé muy poco con él, y siempre me llamó la atención el modo que tenían de comunicarse el uno con el otro, ya que el ingles no era la lengua materna de ninguno de los dos, asique la comunicación no sería muy fácil.
En alguna ocasión le pregunté a Juyeon cómo hacían para hablar entre ellos, y me dijo que más o menos se entendían, aunque había ocasiones en las que la comunicación era imposible.
Cuando llegaban esos momentos, lo intentaban con señas, pero no siempre funcionaba.
Había fines de semana que se iban juntos a Francia, u Holanda.
A juyeon le fascinaba esto, porque decía que como en Europa todos los países estaban tan cerca los unos de los otros, resultaba realmente sencillo el poder viajar y conocer sin tener que recorrer demasiados kilómetros.
Yo a él siempre lo vi muy enamorado de Juyeon. A ella no tanto de él. O por lo menos era la imagen que me daban.
Y creo que el tiempo me terminó dando la razón, porque cuando llegó el día de la despedida cada uno lo asumió de la manera que yo me esperaba. Un día para olvidar...
Era un chico muy jovencito, de Alemania, y que Juyeon había conocido en la Universidad, en Estados Unidos, siendo ambos estudiantes internacionales.
Como ella era de Corea y él de Alemania, ambos decidieron, de mutuo acuerdo, que su relación tendría fecha de caducidad, es decir, cuando ella se volviese a Corea la relación se terminaría.
Mientras tanto disfrutarían de la compañía el uno del otro.
Como el visado de estudiante se les terminó, él tuvo que regresar a Alemania, y ella pidió visado para 6 meses en Irlanda.
Cada dos o tres semanas el chico venía a nuestra casa para quedarse el fin de semana.
Yo hablé muy poco con él, y siempre me llamó la atención el modo que tenían de comunicarse el uno con el otro, ya que el ingles no era la lengua materna de ninguno de los dos, asique la comunicación no sería muy fácil.
En alguna ocasión le pregunté a Juyeon cómo hacían para hablar entre ellos, y me dijo que más o menos se entendían, aunque había ocasiones en las que la comunicación era imposible.
Cuando llegaban esos momentos, lo intentaban con señas, pero no siempre funcionaba.
Había fines de semana que se iban juntos a Francia, u Holanda.
A juyeon le fascinaba esto, porque decía que como en Europa todos los países estaban tan cerca los unos de los otros, resultaba realmente sencillo el poder viajar y conocer sin tener que recorrer demasiados kilómetros.
Yo a él siempre lo vi muy enamorado de Juyeon. A ella no tanto de él. O por lo menos era la imagen que me daban.
Y creo que el tiempo me terminó dando la razón, porque cuando llegó el día de la despedida cada uno lo asumió de la manera que yo me esperaba. Un día para olvidar...
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Vivir solo Dublin Irlanda
jueves, 13 de marzo de 2014
Dublin y yo soy gilipollas (VIII)...
Después que mi amigo se marchó aquella mañana, y viendo que yo tenía un nudo en la garganta por todo lo que había ocurrido aquel fin de semana, y aprovechando la casualidad que aquella mañana mi profesora venía con retraso, decidí salir a la calle para buscar a mi amigo y decirle lo mal que se había portado conmigo.
Si bien ya lo había hablado con él un día antes, sentí en aquel momento que me dejaba cosas en el tintero.
Cuando salí fuera de la escuela, y pese a que habían pasado solo unos minutos, mi amigo había desaparecido. Lo busqué por las calles cercanas, pero no había ni rastro de él.
Asique regresé a la escuela con la sensación horrible que había cosas que no le había dicho.
Aquel día trabajé hasta tarde, y llegué a casa muy cansada. Después de prepararme la cena le escribí un email a mi amigo diciéndole las cosas que yo sentía que habían pasado mal aquellos días.
Fue un email sin muchos reproches, en el que expresé cómo me sentí aquel fin de semana.
Únicamente hablaba de mí.
Cuál fue mi sorprensa, al día siguiente, cuando descubro que me había borrado del Skype, medio por el que hablábamos habitualmente.
Pasaron unos días hasta que llegó su respuesta. No me explica el motivo de su comportamiento, simplemente se limita a darme las gracias por todo: por mi hospitalidad, por mi cordialidad, porque pese a todo se sintió muy a gusto en mi casa y con mi compañía.
No volví a saber nada más de él, excepto por unos comentarios suyos a través del Facebook, en el que se burlaba de mí junto con unos amigos.
Poco tiempo después de aquello recibí una llamada suya, estando yo en Alemania, llamada que evidentemente ni atendí ni devolví.
Si bien ya lo había hablado con él un día antes, sentí en aquel momento que me dejaba cosas en el tintero.
Cuando salí fuera de la escuela, y pese a que habían pasado solo unos minutos, mi amigo había desaparecido. Lo busqué por las calles cercanas, pero no había ni rastro de él.
Asique regresé a la escuela con la sensación horrible que había cosas que no le había dicho.
Aquel día trabajé hasta tarde, y llegué a casa muy cansada. Después de prepararme la cena le escribí un email a mi amigo diciéndole las cosas que yo sentía que habían pasado mal aquellos días.
Fue un email sin muchos reproches, en el que expresé cómo me sentí aquel fin de semana.
Únicamente hablaba de mí.
Cuál fue mi sorprensa, al día siguiente, cuando descubro que me había borrado del Skype, medio por el que hablábamos habitualmente.
Pasaron unos días hasta que llegó su respuesta. No me explica el motivo de su comportamiento, simplemente se limita a darme las gracias por todo: por mi hospitalidad, por mi cordialidad, porque pese a todo se sintió muy a gusto en mi casa y con mi compañía.
No volví a saber nada más de él, excepto por unos comentarios suyos a través del Facebook, en el que se burlaba de mí junto con unos amigos.
Poco tiempo después de aquello recibí una llamada suya, estando yo en Alemania, llamada que evidentemente ni atendí ni devolví.
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martes, 4 de marzo de 2014
Dublin y yo soy gilipollas (Parte VII)...
La vuelta a casa fue un poco distinta al día anterior.
El tema con "mi amigo" iba cada vez peor. Se notaba que entre nosotros había mucha tensión. Yo tenía un enfado tremendo que no me tenía en pie. Si llevo a saber que este iba a ser el fin de semana que me esperaba con él, desde luego le hubiera dicho que no viniese a visitarme.
Me doy cuenta, una vez se han pasado aquellos días, que mi amigo, evidentemente, no venía de visita. Venía de turismo. No le importaba lo más mínimo saber cómo estaba y cómo me iban las cosas en Irlanda. Su principal objetivo había sido pasárselo bien a costa de tener hotel gratis y guía turística a su disposición. Y su actitud hacia mí le delató. Yo no tardé mucho en darme cuenta del morro tan grande que le había echado...
De camino a casa él se mete en la boca del lobo y me dice que no entiende porqué yo estoy enfadada con él. Yo no tenía ganas de seguir hablando del tema, ya lo había hecho aquella misma mañana con nulos resultados. Lo único que yo quería era que al día siguiente se fuera de mi casa...
Si me agradeció, pese a mi enfado, que yo tratara bien a sus amigos. Que apenas se había notado que o estaba disgustada con él.
A mí sorprendió esta afirmación, porque pese a que él sabía que yo no estbaa a gusto, siguió con su actitud de ignorarme y pasar de mí durante todo el día.
Nos fuimos a dormir, por supuesto de muy mal rollo, como no podía ser de otra manera.
Por la mañana el desayuno no pudo ser más tenso. No abrimos la boca ninguno de los dos. Él aprovechó para llamar a la oficina (era lunes por la mañana) y decir que no iba a ir a trabajar porque se encontraba enfermo...
Nos fuimos juntos al centro sin dirigirnos la palabra. Él tuvo el detalle de acompañarme hasta la puerta de la academia de inglés. Allí nos despedimos de manera muy fría.
Yo le desee que tuviera buen viaje (su avión salía a primera hora de la tarde) y él me deseó que estuviera a gusto en Dublin.
Con un casto beso en la mejilla nos despedimos en la puerta de la academia. Él se marchó.
Yo subo las escaleras a la planta superior, y entro al cuarto de baño. Allí, y después de la tensión de tantos días, rompo a llorar de rabia.
Después de semanas de esperar la visita de mi amigo, ésta no solo fue espantosa, sino que además terminó siendo un auténtico desastre!.
En aquel mismo instante me sentí utilizada por todos!. Qué rabia que sentí!.
Es cierto que, ahora que ha pasado el tiempo, veo que el tema no fue para tanto, y seguramente hubiera llevado la situación de otra manera.
Pero es igualmente cierto que, cuando uno está solo y fuera de casa, los problemas y dificultades se viven de manera mucho más intensa y desproporcionada...
A mí me pasó con este amigo que vino a visitarme. Pero si os pilla una situación "baja de autoestima" todo lo que os suceda os dolerá mucho más... Estaréis más sensibles, más suceptibles... tal y como me pasó a mí...
El tema con "mi amigo" iba cada vez peor. Se notaba que entre nosotros había mucha tensión. Yo tenía un enfado tremendo que no me tenía en pie. Si llevo a saber que este iba a ser el fin de semana que me esperaba con él, desde luego le hubiera dicho que no viniese a visitarme.
Me doy cuenta, una vez se han pasado aquellos días, que mi amigo, evidentemente, no venía de visita. Venía de turismo. No le importaba lo más mínimo saber cómo estaba y cómo me iban las cosas en Irlanda. Su principal objetivo había sido pasárselo bien a costa de tener hotel gratis y guía turística a su disposición. Y su actitud hacia mí le delató. Yo no tardé mucho en darme cuenta del morro tan grande que le había echado...
De camino a casa él se mete en la boca del lobo y me dice que no entiende porqué yo estoy enfadada con él. Yo no tenía ganas de seguir hablando del tema, ya lo había hecho aquella misma mañana con nulos resultados. Lo único que yo quería era que al día siguiente se fuera de mi casa...
Si me agradeció, pese a mi enfado, que yo tratara bien a sus amigos. Que apenas se había notado que o estaba disgustada con él.
A mí sorprendió esta afirmación, porque pese a que él sabía que yo no estbaa a gusto, siguió con su actitud de ignorarme y pasar de mí durante todo el día.
Nos fuimos a dormir, por supuesto de muy mal rollo, como no podía ser de otra manera.
Por la mañana el desayuno no pudo ser más tenso. No abrimos la boca ninguno de los dos. Él aprovechó para llamar a la oficina (era lunes por la mañana) y decir que no iba a ir a trabajar porque se encontraba enfermo...
Nos fuimos juntos al centro sin dirigirnos la palabra. Él tuvo el detalle de acompañarme hasta la puerta de la academia de inglés. Allí nos despedimos de manera muy fría.
Yo le desee que tuviera buen viaje (su avión salía a primera hora de la tarde) y él me deseó que estuviera a gusto en Dublin.
Con un casto beso en la mejilla nos despedimos en la puerta de la academia. Él se marchó.
Yo subo las escaleras a la planta superior, y entro al cuarto de baño. Allí, y después de la tensión de tantos días, rompo a llorar de rabia.
Después de semanas de esperar la visita de mi amigo, ésta no solo fue espantosa, sino que además terminó siendo un auténtico desastre!.
En aquel mismo instante me sentí utilizada por todos!. Qué rabia que sentí!.
Es cierto que, ahora que ha pasado el tiempo, veo que el tema no fue para tanto, y seguramente hubiera llevado la situación de otra manera.
Pero es igualmente cierto que, cuando uno está solo y fuera de casa, los problemas y dificultades se viven de manera mucho más intensa y desproporcionada...
A mí me pasó con este amigo que vino a visitarme. Pero si os pilla una situación "baja de autoestima" todo lo que os suceda os dolerá mucho más... Estaréis más sensibles, más suceptibles... tal y como me pasó a mí...
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