Una mañana de sábado cualquiera, me levanto y me voy a la cocina a prepararme el desayuno.
Os comenté en un post anterior, que nuestra cocina tenía un enorme ventanal que daba al jardín, y que a su vez éste no estaba cerrado del todo, sino que tenía unas vallas que solo cubrían la primera parte, y la zona trasera del jardín estaba abierta a ambos lados.
Mientras estoy frente al fregadero, por el rabillo del ojo, percibo un movimiento inusual en el jardín. Instintivamente levanté la cabeza y vi a un hombre desconocido caminando cerca de la valla, pero de nuestro lado.
Mi primera reacción fue la de mirar la puerta que comunicaba la cocina y el jardín, para comprobar que efecitvamente estaba cerrada.
Me quedé inmóvil, observando lo que estaba haciendo, pero a la vez temerosa de no saber qué hacer. El hombre estaba mirando la valla, moviendo algunas de nuestras plantas.
Me subí a la planta de arriba para decírselo a Peter. Yo estaba un poco asustada, no sabía quién era ese hombre, ni qué hacía en nuestro jardín, ni cómo había entrado...
Cuando llego a la habitación de Peter, le comento la situación, y los dos miramos por su ventana: efectivamente, el hombre seguía allí. Había sacado un bote de pintura rojo y se puso a pintar NUESTRA valla!!.
Yo no me lo podía creer. Peter, sin embargo, parecía relajado y tranquilo.
Mientras Peter y yo mirábamos la situación, escucho que Juyeon baja las escaleras.
Peter me dice que no me preocupe, que seguramente sera un vecino. Aquí en Irlanda, si un vecino o alguien se mete en tu jardín, aunque sea de tu propiedad, no pasa nada.
Este hombre, además de estar dentro de nuestra casa, estaba pintándonos la valla!. Increíble!.
De repente, Juyeon sube las escaleras corriendo: "Hay un hombre en el jardín!", grita.
Peter, muerto de la risa, le dice que no se preocupe, que no pasa nada.
Después de este pequeño episodio, Juyeon y yo tomamos el desayuno juntas en la cocina, sin dejar de mirar a aquel hombre que nos estaba pintando la valla del jardín trasero.
También pintó la del vecino de al lado.
Juyeon no dejaba de decirme mientras se reía: "esto en Corea es impensable!, si sucede esto se llama a la policía, aunque sea tu vecino..."
Yo le dije que en España las cosas funcionaban igual, pero que según parecen, las cosas en Irlanda son muy diferentes.
Nos reímos las dos aquella mañana viendo la situación tan ridícula en nuestro jardín trasero.
Nunca supimos quien era ese hombre, y cuando le preguntamos al casero si lo había mandado él para que pinten la valla nos respondió: "No, yo no mandé a nadie a pintar nada. A saber quién sería!..."
Y se quedó tan tranquilo...
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