Como comenté en un post anterior, había ido al Ikea para comprar un estor para la puerta de mi habitación.
Evidentemente, había que colocarla.
Yo estoy acostumbrada a hacer chapuzas en casa, es más, tengo una caja de herramientas de lo más completa, y lo mismo me da arreglar la puerta del mueble de la cocina, que cambiar la rueda del coche.
Una tiene que estar preparada para todo en la vida!.
Si, yo si estaba preparada, los que no estaban preparados eran los irlandeses...
Con apenas un cuchillo plano haciendo de destornillador y unos clavos, pude colocar el estor. Sin mayor dificultades. Creo que no tardé más de 10 minutos.
Mi compañero Peter se quedó totalmente sorprendido por el resultado: "Te ha quedado genial!", me dijo al ver la cortina colgada.
Pero según escucho esas palabras, me doy cuenta que está más sorprendido por el simple hecho de haberla colocado yo, o lo que es lo mismo: una mujer, que por el resultado en sí...
Comenzó a preguntarme cómo la había colocado, qué había hecho, si estaba acostumbrada a hacer este tipo de cosas en casa...
Yo le contesté con naturalidad.
Otro día, no mucho tiempo después, se me rompió la llave de la luz de mi habitación. No funcionaba, se había roto el sistema interno, lo que me obligó a iluminarme durante un par de días con la luz de la mesilla de noche.
Se lo comento al casero, quien no duda en aparecer al día siguiente con una llave nueva.
Le indico que no se preocupe, que yo puedo instalarla. Me mira con cara de sorpresa, y me insiste que no, que eso lo tiene que hacer él.
Para que lo ayuden, llamó a Peter, es decir, a un hombre.
Observando a los dos de género masculino arreglando la llave de la luz, me doy cuenta que en Irlanda las cosas entre hombres y mujeres funcionan de manera muy distinta.
Existe una norma no escrita de división de tareas, y cada uno es bueno en lo suyo.
Yo, con mis ideas innovadoras de romper con las reglas establecidas en las que las mujeres hacen de todo, no cuajaba en tierras irlandesas.
De alguna manera, sentía que había vuelto al pasado, a depender de un hombre para cambiar una bombilla, y que a su vez los hombres eran incapaces de poner una lavadora o freír un huevo...
Yo siempre me he negado a esto, creo que cada uno debería saber hacer un poco de todo, independientemente de que sea hombre o mujer y de la actividad a las que nos referimos...
Pero cuando uno viaja, tiene que saber amoldarse a las diferentes costumbres. Y eso fue lo que yo hice. Si en Irlanda las cosas funcionan así, quién soy yo para cuestionarlas?...
He conocido a hombres que son estupendos amos de casa, que cualquier mujer se sacaría el sombrero.
Y tenéis un ejemplo de mujer que sabe arreglar cosas de todo tipo!. Ah, qué no sabéis a quién me refiero?... pero hombre!, si llevaís tiempo leyéndome y me conocéis de sobra!!.
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