Una mañana de sábado cualquiera, me levanto y me voy a la cocina a prepararme el desayuno.
Os comenté en un post anterior, que nuestra cocina tenía un enorme ventanal que daba al jardín, y que a su vez éste no estaba cerrado del todo, sino que tenía unas vallas que solo cubrían la primera parte, y la zona trasera del jardín estaba abierta a ambos lados.
Mientras estoy frente al fregadero, por el rabillo del ojo, percibo un movimiento inusual en el jardín. Instintivamente levanté la cabeza y vi a un hombre desconocido caminando cerca de la valla, pero de nuestro lado.
Mi primera reacción fue la de mirar la puerta que comunicaba la cocina y el jardín, para comprobar que efecitvamente estaba cerrada.
Me quedé inmóvil, observando lo que estaba haciendo, pero a la vez temerosa de no saber qué hacer. El hombre estaba mirando la valla, moviendo algunas de nuestras plantas.
Me subí a la planta de arriba para decírselo a Peter. Yo estaba un poco asustada, no sabía quién era ese hombre, ni qué hacía en nuestro jardín, ni cómo había entrado...
Cuando llego a la habitación de Peter, le comento la situación, y los dos miramos por su ventana: efectivamente, el hombre seguía allí. Había sacado un bote de pintura rojo y se puso a pintar NUESTRA valla!!.
Yo no me lo podía creer. Peter, sin embargo, parecía relajado y tranquilo.
Mientras Peter y yo mirábamos la situación, escucho que Juyeon baja las escaleras.
Peter me dice que no me preocupe, que seguramente sera un vecino. Aquí en Irlanda, si un vecino o alguien se mete en tu jardín, aunque sea de tu propiedad, no pasa nada.
Este hombre, además de estar dentro de nuestra casa, estaba pintándonos la valla!. Increíble!.
De repente, Juyeon sube las escaleras corriendo: "Hay un hombre en el jardín!", grita.
Peter, muerto de la risa, le dice que no se preocupe, que no pasa nada.
Después de este pequeño episodio, Juyeon y yo tomamos el desayuno juntas en la cocina, sin dejar de mirar a aquel hombre que nos estaba pintando la valla del jardín trasero.
También pintó la del vecino de al lado.
Juyeon no dejaba de decirme mientras se reía: "esto en Corea es impensable!, si sucede esto se llama a la policía, aunque sea tu vecino..."
Yo le dije que en España las cosas funcionaban igual, pero que según parecen, las cosas en Irlanda son muy diferentes.
Nos reímos las dos aquella mañana viendo la situación tan ridícula en nuestro jardín trasero.
Nunca supimos quien era ese hombre, y cuando le preguntamos al casero si lo había mandado él para que pinten la valla nos respondió: "No, yo no mandé a nadie a pintar nada. A saber quién sería!..."
Y se quedó tan tranquilo...
miércoles, 28 de agosto de 2013
domingo, 25 de agosto de 2013
Dublin, hombres y mujeres...
Como comenté en un post anterior, había ido al Ikea para comprar un estor para la puerta de mi habitación.
Evidentemente, había que colocarla.
Yo estoy acostumbrada a hacer chapuzas en casa, es más, tengo una caja de herramientas de lo más completa, y lo mismo me da arreglar la puerta del mueble de la cocina, que cambiar la rueda del coche.
Una tiene que estar preparada para todo en la vida!.
Si, yo si estaba preparada, los que no estaban preparados eran los irlandeses...
Con apenas un cuchillo plano haciendo de destornillador y unos clavos, pude colocar el estor. Sin mayor dificultades. Creo que no tardé más de 10 minutos.
Mi compañero Peter se quedó totalmente sorprendido por el resultado: "Te ha quedado genial!", me dijo al ver la cortina colgada.
Pero según escucho esas palabras, me doy cuenta que está más sorprendido por el simple hecho de haberla colocado yo, o lo que es lo mismo: una mujer, que por el resultado en sí...
Comenzó a preguntarme cómo la había colocado, qué había hecho, si estaba acostumbrada a hacer este tipo de cosas en casa...
Yo le contesté con naturalidad.
Otro día, no mucho tiempo después, se me rompió la llave de la luz de mi habitación. No funcionaba, se había roto el sistema interno, lo que me obligó a iluminarme durante un par de días con la luz de la mesilla de noche.
Se lo comento al casero, quien no duda en aparecer al día siguiente con una llave nueva.
Le indico que no se preocupe, que yo puedo instalarla. Me mira con cara de sorpresa, y me insiste que no, que eso lo tiene que hacer él.
Para que lo ayuden, llamó a Peter, es decir, a un hombre.
Observando a los dos de género masculino arreglando la llave de la luz, me doy cuenta que en Irlanda las cosas entre hombres y mujeres funcionan de manera muy distinta.
Existe una norma no escrita de división de tareas, y cada uno es bueno en lo suyo.
Yo, con mis ideas innovadoras de romper con las reglas establecidas en las que las mujeres hacen de todo, no cuajaba en tierras irlandesas.
De alguna manera, sentía que había vuelto al pasado, a depender de un hombre para cambiar una bombilla, y que a su vez los hombres eran incapaces de poner una lavadora o freír un huevo...
Yo siempre me he negado a esto, creo que cada uno debería saber hacer un poco de todo, independientemente de que sea hombre o mujer y de la actividad a las que nos referimos...
Pero cuando uno viaja, tiene que saber amoldarse a las diferentes costumbres. Y eso fue lo que yo hice. Si en Irlanda las cosas funcionan así, quién soy yo para cuestionarlas?...
He conocido a hombres que son estupendos amos de casa, que cualquier mujer se sacaría el sombrero.
Y tenéis un ejemplo de mujer que sabe arreglar cosas de todo tipo!. Ah, qué no sabéis a quién me refiero?... pero hombre!, si llevaís tiempo leyéndome y me conocéis de sobra!!.
Evidentemente, había que colocarla.
Yo estoy acostumbrada a hacer chapuzas en casa, es más, tengo una caja de herramientas de lo más completa, y lo mismo me da arreglar la puerta del mueble de la cocina, que cambiar la rueda del coche.
Una tiene que estar preparada para todo en la vida!.
Si, yo si estaba preparada, los que no estaban preparados eran los irlandeses...
Con apenas un cuchillo plano haciendo de destornillador y unos clavos, pude colocar el estor. Sin mayor dificultades. Creo que no tardé más de 10 minutos.
Mi compañero Peter se quedó totalmente sorprendido por el resultado: "Te ha quedado genial!", me dijo al ver la cortina colgada.
Pero según escucho esas palabras, me doy cuenta que está más sorprendido por el simple hecho de haberla colocado yo, o lo que es lo mismo: una mujer, que por el resultado en sí...
Comenzó a preguntarme cómo la había colocado, qué había hecho, si estaba acostumbrada a hacer este tipo de cosas en casa...
Yo le contesté con naturalidad.
Otro día, no mucho tiempo después, se me rompió la llave de la luz de mi habitación. No funcionaba, se había roto el sistema interno, lo que me obligó a iluminarme durante un par de días con la luz de la mesilla de noche.
Se lo comento al casero, quien no duda en aparecer al día siguiente con una llave nueva.
Le indico que no se preocupe, que yo puedo instalarla. Me mira con cara de sorpresa, y me insiste que no, que eso lo tiene que hacer él.
Para que lo ayuden, llamó a Peter, es decir, a un hombre.
Observando a los dos de género masculino arreglando la llave de la luz, me doy cuenta que en Irlanda las cosas entre hombres y mujeres funcionan de manera muy distinta.
Existe una norma no escrita de división de tareas, y cada uno es bueno en lo suyo.
Yo, con mis ideas innovadoras de romper con las reglas establecidas en las que las mujeres hacen de todo, no cuajaba en tierras irlandesas.
De alguna manera, sentía que había vuelto al pasado, a depender de un hombre para cambiar una bombilla, y que a su vez los hombres eran incapaces de poner una lavadora o freír un huevo...
Yo siempre me he negado a esto, creo que cada uno debería saber hacer un poco de todo, independientemente de que sea hombre o mujer y de la actividad a las que nos referimos...
Pero cuando uno viaja, tiene que saber amoldarse a las diferentes costumbres. Y eso fue lo que yo hice. Si en Irlanda las cosas funcionan así, quién soy yo para cuestionarlas?...
He conocido a hombres que son estupendos amos de casa, que cualquier mujer se sacaría el sombrero.
Y tenéis un ejemplo de mujer que sabe arreglar cosas de todo tipo!. Ah, qué no sabéis a quién me refiero?... pero hombre!, si llevaís tiempo leyéndome y me conocéis de sobra!!.
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miércoles, 21 de agosto de 2013
Dublin y el Ikea...
Me encanta mi habitación en Dublin!: es grande, es luminosa y tiene un mural impresionante pintado por mi compañero Peter!.
Sólo tenía una pega: la puerta de entrada tenía un cristal.
Como la puerta daba al pasillo, cada vez que me cambiaba de ropa corría el riesgo de hacer un topless delante de mis compañeros de piso!.
Asique pensándolo bien, decido comprar unas cortinas que la tapen.
Hablé con el casero sobre esto y me dijo que estaba de acuerdo, que lo pagase yo que él me lo descontaba del alquiler de ese mes.
Quería comprar un estor, porque era lo que más podia garantizar mi privacidad...
Un día, estando en el centro de Dublin, descubro un autobus que ponía como última parada: "IKEA".
Resulta, que me vengo a enterar que Ikea acababa de aterrizar en tierras irlandesas hacía un par de semanas. Y yo pensaba para mí: "cómo han podido los irlandeses vivir sin el Ikea todo este tiempo???", jajaja.
Sin saber muy bien donde acababa aquel autobus, decidí cogerlo y presentarme en el reino de los sofas, las cortinas, los utensilios de cocina, cojines, alfombras, plantas... y varios etc.
Tardó un buen rato en llegar, y yo no sabía exactamente en qué parte de Dublin me encontraba exactamente, si en el sur o en el norte.
Pero sabiendo que el autobus acababa allí, no habría pérdida.
Nada más bajarme descubro que el barrio donde habían abierto, era un barrio un tanto marginal. O por lo menos fue la sensación que me dió. Y estaba bastante lejos del centro...
El Ikea de Dublin, es un calco idéntico al resto de los Ikeas de España: La misma forma laberíntica, y casi todo organizado de la misma manera.
Asique no tardé en encontrar el estor que estaba buscando, y teniendo la medida que necesitaba, fue aún más fácil!.
Estando dentro del centro comercial, tenía la sensación de estar en el Ikea de España, al que siempre había ido a comprar. Era todo tan parecido!...
Y me entró mucha nostalgia, porque en un momento tengo la sensación de estar en casa, en mi tierra!, hasta que voy a pagar y me dan el importe total de la compra en ingles... No, definitivamente no estaba en la república independiente de mi casa...
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domingo, 18 de agosto de 2013
Dublin y me da miedo volver...
Las noticias que llegan desde España no son nada buenas.
No solo lo leo en los periódicos, me lo dice mi gente cuando hablo con ellos.
Con un 19% de paro como había por aquel entonces en España, daba miedo, mucho miedo regresar...
Comencé a plantearme si mi aventura de vivir una temporada en solitario no podría llegar a convertirse en una situación permanente. Algo que hasta la fecha no me había ni siquiera cuestionado...
Aunque me quedaba aún tiempo para mi fecha de regreso, en el mes de septiembre, comienzo a meditar profundamente sobre la posibilidad de quedarme a vivir en Dublin.
En España me esperaban mis familiares y amigos, pero no tenía trabajo, algo muy importante.
Por el contrario, en Irlanda, si decidía quedarme, tendría que buscarme otro empleo, ya que cuidando niños no podía cubrir todos los gastos mensuales.
Encontrar trabajo en Irlanda, por aquel entonces, no era tarea tan complicada, el unico inconveniente era que yo no tenía controlado el tema del idioma, el cual aún no era capaz de dominar al 100%...
Decidir el quedarme o no, se convirtió en un problema para mí. Era como un túnel largo y oscuro, en el que no sabía qué camino tomar. De mi decisión dependía mi futuro.
Tenía la posibilidad de volver a España, y si la cosa no salía bien, podía regresar nuevamente a Irlanda, pero aún teniendo esta última opción, no estaba 100% segura que fuese a funcionar, ya que el problema del idioma seguía estando ahí.
Sin dominar el idioma, las puertas se me cerraban considerablemente... Y si regreso a Irlanda y la cosa tampoco funciona?, qué puedo hacer entonces?, y si con lo que gano no me da para cubrir todos los gastos en la isla?... tantas, tantas y tantas preguntas, que no fui capaz de responderlas hasta pasado un buen tiempo...
No solo lo leo en los periódicos, me lo dice mi gente cuando hablo con ellos.
Con un 19% de paro como había por aquel entonces en España, daba miedo, mucho miedo regresar...
Comencé a plantearme si mi aventura de vivir una temporada en solitario no podría llegar a convertirse en una situación permanente. Algo que hasta la fecha no me había ni siquiera cuestionado...
Aunque me quedaba aún tiempo para mi fecha de regreso, en el mes de septiembre, comienzo a meditar profundamente sobre la posibilidad de quedarme a vivir en Dublin.
En España me esperaban mis familiares y amigos, pero no tenía trabajo, algo muy importante.
Por el contrario, en Irlanda, si decidía quedarme, tendría que buscarme otro empleo, ya que cuidando niños no podía cubrir todos los gastos mensuales.
Encontrar trabajo en Irlanda, por aquel entonces, no era tarea tan complicada, el unico inconveniente era que yo no tenía controlado el tema del idioma, el cual aún no era capaz de dominar al 100%...
Decidir el quedarme o no, se convirtió en un problema para mí. Era como un túnel largo y oscuro, en el que no sabía qué camino tomar. De mi decisión dependía mi futuro.
Tenía la posibilidad de volver a España, y si la cosa no salía bien, podía regresar nuevamente a Irlanda, pero aún teniendo esta última opción, no estaba 100% segura que fuese a funcionar, ya que el problema del idioma seguía estando ahí.
Sin dominar el idioma, las puertas se me cerraban considerablemente... Y si regreso a Irlanda y la cosa tampoco funciona?, qué puedo hacer entonces?, y si con lo que gano no me da para cubrir todos los gastos en la isla?... tantas, tantas y tantas preguntas, que no fui capaz de responderlas hasta pasado un buen tiempo...
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miércoles, 14 de agosto de 2013
Dublin y me río de los españoles...
Una mañana cualquiera, me bajaba del autobús para ir a mi clase de inglés, tal y como hacía todos los días.
Pero en esta ocasión, sucedió un pequeño episodio gracioso.
Nada más bajo del autobús y camino un par de metros, me paran unos chicos que tendrían unos veintitantos años. Me preguntan en inglés si sé donde se encuentra "Pennys", una tienda de ropa bastante famosa en Irlanda.
Enseguida me doy cuenta que no son irlandeses, su acento les delataba.
En inglés, les explico el camino para llegar hasta allí
El chico que me preguntó me escucha con atención y les traduce en español a los demás lo que yo le había dicho.
Al escucharle hablando en español me percato que son compatriotas míos!. Que hubierais hecho vosotros?, les hubierais dicho que vosotros también erais españoles como ellos?. Seguramente más de uno habrá respondido que si...
Pero yo no lo hice!. Tenía ganas de tomarles el pelo!!, jajaja.
El chico que me preguntó primero se nota que es el único que controla el inglés de todos ellos. Asique no duda en seguir preguntándome sobre la ciudad. Además, los otros le decían en español a su amigo: "oye, pregúntale esto, o pregúntale lo otro".
Yo le sigo respondiendo en inglés, y él sigue traduciéndole a los demás en español, mientras yo pongo cara de no entender lo que hablan... jajaja.
Sinceramente, me lo pasé genial durante el poco tiempo que duró la conversación.
Eso si, menos mal que el chico que sabía inglés, no sabía mas inglés que yo, porque ahí si que si que me hubieran descubierto... ;)
Pero en esta ocasión, sucedió un pequeño episodio gracioso.
Nada más bajo del autobús y camino un par de metros, me paran unos chicos que tendrían unos veintitantos años. Me preguntan en inglés si sé donde se encuentra "Pennys", una tienda de ropa bastante famosa en Irlanda.
Enseguida me doy cuenta que no son irlandeses, su acento les delataba.
En inglés, les explico el camino para llegar hasta allí
El chico que me preguntó me escucha con atención y les traduce en español a los demás lo que yo le había dicho.
Al escucharle hablando en español me percato que son compatriotas míos!. Que hubierais hecho vosotros?, les hubierais dicho que vosotros también erais españoles como ellos?. Seguramente más de uno habrá respondido que si...
Pero yo no lo hice!. Tenía ganas de tomarles el pelo!!, jajaja.
El chico que me preguntó primero se nota que es el único que controla el inglés de todos ellos. Asique no duda en seguir preguntándome sobre la ciudad. Además, los otros le decían en español a su amigo: "oye, pregúntale esto, o pregúntale lo otro".
Yo le sigo respondiendo en inglés, y él sigue traduciéndole a los demás en español, mientras yo pongo cara de no entender lo que hablan... jajaja.
Sinceramente, me lo pasé genial durante el poco tiempo que duró la conversación.
Eso si, menos mal que el chico que sabía inglés, no sabía mas inglés que yo, porque ahí si que si que me hubieran descubierto... ;)
jueves, 8 de agosto de 2013
Dublin y la independencia...
La llegada a Irlanda significó para mí la llegada de una nueva etapa en mi vida: la independencia.
Yo nunca me había ido de casa de mis padres, quitando evidentemente cuando uno se va de vacaciones con amigos o pareja.
Esta situación era completamente nueva para mí: yo era quien organizaba las cosas de la casa, cocinaba, planchaba, limpiaba, gestionaba el dinero... Y eso, me encantó!.
Yo ya tenía una edad en la que quería irme de casa de mis padres, pero por temas económicos nunca se podía. Estaba bastante cansada de la situación, porque era un querer pero no poder...
Irlanda me ofreció todo eso desde el primer día. Era un alivio hacer lo que me diera la gana en mi casa.
Porque si, ya no era la casa de mis padres, era la mía!!!.
A la situación de vivir en independencia me acostumbré rápidamente. Me organizaba a la perfección con las cosas de la casa, los gastos... Entraba y salía sin tener que dar explicaciones a nadie.
Tenía una vida absolutamente privada, en la que no tenía que hacer cosas ocultándome de la mirada de mis padres.
Esta sensación de libertad me encantó!.
Yo nunca me había ido de casa de mis padres, quitando evidentemente cuando uno se va de vacaciones con amigos o pareja.
Esta situación era completamente nueva para mí: yo era quien organizaba las cosas de la casa, cocinaba, planchaba, limpiaba, gestionaba el dinero... Y eso, me encantó!.
Yo ya tenía una edad en la que quería irme de casa de mis padres, pero por temas económicos nunca se podía. Estaba bastante cansada de la situación, porque era un querer pero no poder...
Irlanda me ofreció todo eso desde el primer día. Era un alivio hacer lo que me diera la gana en mi casa.
Porque si, ya no era la casa de mis padres, era la mía!!!.
A la situación de vivir en independencia me acostumbré rápidamente. Me organizaba a la perfección con las cosas de la casa, los gastos... Entraba y salía sin tener que dar explicaciones a nadie.
Tenía una vida absolutamente privada, en la que no tenía que hacer cosas ocultándome de la mirada de mis padres.
Esta sensación de libertad me encantó!.
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lunes, 5 de agosto de 2013
Dublin y el Kit kat...
Pese haber deseado durante mucho tiempo el poder vivir en el extranjero por mi cuenta, pese haberlo planeado durante algunos meses... después de un tiempo, empiezo a sentir que, quizás, mi vida se ha estancado.
Cuando terminé mis estudios en la universidad, con más o menos dificultad, me pude insertar al mercado laboral.
Yo trabajaba, ganaba mi dinero y podía permitirme algunos gastos. Es lo que tiene hacerse mayor!.
Es como si la vida, inexorablemente, condujera a ello, a crecer, a hacerse mayor...
Pero durante mi estancia en Irlanda, me doy cuenta que, pese a ese inevitable camino de la madurez, yo había dado un paso al costado, había vuelto atrás, y había regresado a mi vida de estudiante.
Si bien trabajaba cuidando a un niño con discapacidad y limpiado la casa, aún necesitaba del dinero del paro para poder afrontar los gastos del mes a mes. Era como si mis padres me dieran aún la paga mensual...
Sin embargo, yo hacía una vida de estudiante. Iba a clase todas las mañanas, estudiaba en la biblioteca y leía libros en inglés... pero, no era que mi vida de estudiante se había acabado años atrás cuando había obtenido mi licenciatura??. Parece ser que no.
Algunas noches, mientras me siento en el rellano de mi casa, a mirar las estrellas, tengo la sensación que el tiempo se ha detenido, como un paréntesis, como un momento kit kat...
Algunas veces me agobio pensando que he regresado a mi etapa de adolescente, que he parado el tiempo y he vuelto a vivir lo que parecía que se había quedado atrás.
Volver a la etapa de estudiante después de haber trabajado, es duro, muy duro...
Pero aquello que estoy viviendo lo he elegido yo, y yo decidí, por mi cuenta y riesgo, que quería vivir una experiencia en el extranjero.
Cuando algunas noches sentía esa sensación de "parada del tiempo" o "momento kit kat", automáticamente pensaba en todas las experiencias y vivencias que estaba teniendo que, de haber seguido en mi maldito puesto de trabajo en España, con total seguridad apenas hubiera sentido ni de lejos!.
Estaba experimentando unas sensaciones y unos momentos únicos que seguramente no podría volver a vivir. Se me había presentado la oportunidad idónea para poder dejarlo todo y marcharme fuera una temporada, era mi momento, mi tiempo y mi lugar, y qué importaba si el tiempo se había detenido aunque sea momentaneamente?, qué importaba si todo parecía haberse detenido?, qué importancia tenía todo eso?... cuántas personas tienen la posibilidad de detener el tiempo como yo?, a cuántas personas conocéis que hayan podido hacer eso???...
Y después de un ratito de meditación, me aparecía una sonrisa en la boca: yo había detenido el tiempo!, yo estaba viviendo un momento kit kat, como los anuncios... asique, a respirar hondo y a disfrutarlo!.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCMUw6S0-SB2v-lLDIHdgV8tAEWZ1aNHrsE2aSK5FIcdtJd_udI7e2_4HtZCJdhtKhct_71mXsdSrU8aH8ttpRfldip0AWjqaZaYDqZJxpXMbO0CprcqjgIcFvOD8MpmHGBif7lfvnJm3E/s1600/logo_kitkat.gif)
Yo trabajaba, ganaba mi dinero y podía permitirme algunos gastos. Es lo que tiene hacerse mayor!.
Es como si la vida, inexorablemente, condujera a ello, a crecer, a hacerse mayor...
Pero durante mi estancia en Irlanda, me doy cuenta que, pese a ese inevitable camino de la madurez, yo había dado un paso al costado, había vuelto atrás, y había regresado a mi vida de estudiante.
Si bien trabajaba cuidando a un niño con discapacidad y limpiado la casa, aún necesitaba del dinero del paro para poder afrontar los gastos del mes a mes. Era como si mis padres me dieran aún la paga mensual...
Sin embargo, yo hacía una vida de estudiante. Iba a clase todas las mañanas, estudiaba en la biblioteca y leía libros en inglés... pero, no era que mi vida de estudiante se había acabado años atrás cuando había obtenido mi licenciatura??. Parece ser que no.
Algunas noches, mientras me siento en el rellano de mi casa, a mirar las estrellas, tengo la sensación que el tiempo se ha detenido, como un paréntesis, como un momento kit kat...
Algunas veces me agobio pensando que he regresado a mi etapa de adolescente, que he parado el tiempo y he vuelto a vivir lo que parecía que se había quedado atrás.
Volver a la etapa de estudiante después de haber trabajado, es duro, muy duro...
Pero aquello que estoy viviendo lo he elegido yo, y yo decidí, por mi cuenta y riesgo, que quería vivir una experiencia en el extranjero.
Cuando algunas noches sentía esa sensación de "parada del tiempo" o "momento kit kat", automáticamente pensaba en todas las experiencias y vivencias que estaba teniendo que, de haber seguido en mi maldito puesto de trabajo en España, con total seguridad apenas hubiera sentido ni de lejos!.
Estaba experimentando unas sensaciones y unos momentos únicos que seguramente no podría volver a vivir. Se me había presentado la oportunidad idónea para poder dejarlo todo y marcharme fuera una temporada, era mi momento, mi tiempo y mi lugar, y qué importaba si el tiempo se había detenido aunque sea momentaneamente?, qué importaba si todo parecía haberse detenido?, qué importancia tenía todo eso?... cuántas personas tienen la posibilidad de detener el tiempo como yo?, a cuántas personas conocéis que hayan podido hacer eso???...
Y después de un ratito de meditación, me aparecía una sonrisa en la boca: yo había detenido el tiempo!, yo estaba viviendo un momento kit kat, como los anuncios... asique, a respirar hondo y a disfrutarlo!.
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jueves, 1 de agosto de 2013
Dublin y el futbol...
Los irlandeses son auténticos amantes del fútbol.
Ellos, además de la liga nacional, tienen una liga de fútbol gaélico, el cual es una mezcla entre fútbol y rugby.
Se usan las manos y los pies, existe mucho contacto físico entre los jugadores, la portería es la típica del fútbol, pero además, cuenta con dos palos largos al más puro estilo del rugby.
Es un deporte mucho más dinámico que el fútbol, y aunque yo no lo seguía demasiado, era entretenido de ver.
Dentro del complejo universitario de Trinity College, existe un campo de fútbol gaélico. Yo alguna tarde fui a ver cómo jugaban. Aunque sinceramente, nunca llegué a comprender las reglas de este deporte...
Campo de fútbol gaélico en Trinity College, Dublin.
En alguna ocasión, una profesora de mi instituto de inglés llegó a preguntarme cómo era posible que no me gustase o por lo menos, no mostrase interés en enterarme de las reglas del juego teniendo en cuenta que yo vivía en Irlanda, a lo que le respondí que no me gustaba el fútbol en ninguna de sus variantes, independientemente de que viviese o no en Irlanda, al igual que tampoco me gustaba la cerveza Guinness...
En el año 2009, se jugaron las clasificaciones para el mundial, e Irlanda se enfrentó contra Francia.
Recuerdo aquella noche como si fuera hoy. La mitad del país estaba mirando la televisión, pendiente de una clasificación que se hacía rogar.
Mi compañero de piso Owen, no fue la excepción. Se instaló en el sofá del salón con la tele a todo volumen.
Yo le escuchaba gritar, saltar y protestar. Como yo no me enteraba de nada con lo relacionado al fútbol, salí de mi habitación para preguntarle si se encontraba bien.
Me explicó que Irlanda se estaba jugando la clasificación para el mundial y que el partido estaba reñido. Justo en ese momento, se produjo la "famosa mano" de Henry, que dejó a los irlandeses con la miel en los labios.
Owen pegó un grito y un salto del sofá, que casi me produce un infarto del susto que me llevé. Chilló de frustración cuando vio que su país se quedaba inevitablemente fuera del mundial.
Mientras, Juyeon y yo, nos quedamos con cara de tristeza al ver que, evidentemente, nos habíamos quedado fuera, porque, aunque ella era coreana y yo no era irlandesa, sentíamos que aquel país que nos había acogido con tanto cariño, era lo más parecido que teníamos a nuestro hogar en aquel momento.
Éramos irlandesas de adopción.
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