domingo, 20 de enero de 2013

Vivir en solitario: Dublin (XLIV)

Con 4 personas en la casa, era evidente que había que organizar la limpieza en ella.
Desde el principio, yo pedí limpiar el cuarto de baño, y así lo estaba haciendo desde hacía unos 2 meses. Pero con el paso del tiempo, y habiendo más gente en la casa, la suciedad se iba acumulando peligrosamente en el salón y la cocina.
Asique nos distribuimos la limpieza por partes. Mientras yo hacía el cuarto de baño, Peter se encargaba del salón, Juyeon de la cocina y Owen de las partes comunes, es decir, pasillos y escaleras.
El acuerdo funcionó a las mil maravillas… pero sólo durante el primer mes. Pronto empecé a notar que la suciedad se acumulaba en la cocina, y del salón mejor ni hablar!... Yo todas las semanas limpiaba el cuarto de baño a fondo, a veces incluso 2 veces porque no era suficiente, pero siempre tenía la sensación que era en vano… Si lo limpiaba un viernes por la mañana por ejemplo, cuando yo llegaba del curso de inglés por la tarde, ya daba asco. Con frecuencia me encontraba el cuarto de baño totalmente inundado, con un charco de agua que no te permitía entrar, y te veías obligado a achicar agua… la ducha llena de pelos sin recoger, pisadas por todos lados… Yo no pretendía ni muchos menos que el cuarto de baño fuera un espejo, porque con 4 personas en casa es complicado, y además, porque si bien soy bastante maniatica con la limpieza, entiendo que no todo el mundo tiene que aguantar esta situación, que al fin y al cabo es un problema mío, y sólo mío. Pero era evidente que no había mucho respeto por los otros compañeros de la casa, porquela limpieza del baño nunca aguantaba más de un par de horas. Si el grifo del lavabo está roto y pierde agua, por lo menos coge una fregona y recogela, porque el siguiente que venga detrás tuyo no encontrará el cuarto de baño en condiciones. Y así sucesivamente.

Juyeon pronto empezó a quejarse del salón. Me decía que estaba lleno de polvo. Y que las zonas comunes de la casa, y especialmente la alfombra de la escalera, parecían tener vida propia… Nos dimos cuenta que los chicos no limpiaban, o si lo hacían, era una vez al mes. Insuficiente para una casa habitada por 4 personas… Se cumplió la profecía que en los pisos compartidos no se limpia… Nunca hubo un enfrentamiento directo con este tema entre nosotras y los chicos, quizás ese fue nuestro fallo… porque a medida que pasaba el tiempo la situación fue a peor…

Salón - cocina de mi casa de Dublin.
 

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