viernes, 21 de febrero de 2014

Dublin y yo soy gilipollas (Parte VI)...

Si las cosas podían ir a peor así fueron...

"Mi amigo" sigue en sus trece de querer pasar de mí, pero no solo eso, sino que además ahora también son sus amigos.
Lo que me hace pensar que esta persona ha hablado con ellos y les contó la conversación que habíamos tenido esa misma mañana.

Es evidentemente que mi amigo se sintió tremendamente ofendido. Sin embargo, aun cuando ha pasado tiempo de esto no me desdigo en mis sensaciones: era más que obvio que mi amigo aprovechó que yo vivía en Irlanda para pasarse unas vacaciones a todo trapo.
Con total honestidad, él no le intesaba venir a verme.

Aquella tarde de domingo se notaba que la situación entre los 4 no iba bien, yo intenté mantener el tipo en todo momento les traté correctamente, pero se notaba que en ellos se había producido una ruptura.
Si antes todo fluia, ahora parecía que la cosa iba un poco más forzada: sus amigos me hablaban, si, pero yo percibía que había más distanciamiento.
Lógico por otro lado teniendo en cuenta que "mi amigo" habrá contado la parte de la historia que le habrá interesado.

Aquella noche cenamos en un restaurante frente al río Liffey, un buffet libre que estaba bastante bien.
Me despedí de la pareja en pleno O'Connell St. con una sensación de alivio muy grande: se terminaba mi trabajo de guía turística que ellos no dudaron en exprimir.
Admito que la culpa fue mía por haberlo permitido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario