miércoles, 30 de octubre de 2013

Dublin y mi jefa se cambia de casa...

Mi jefa ha decidido hacer obras en casa. Para ello, necesita alquilar una nueva vivienda y marcharse una temporada, ya que la obra sera bastante grande y larga en el tiempo.

La nueva casa que ha alquilado está lejos de donde vive ahora, lo que me obliga a cambiar de autobus. En cierta manera me da un poco de miedo el cambio, porque como comenté en un post anterior, los transportes en Dublin son malos, hay pocas información y una no sabe muy bien donde bajarse.
Siempre yo tenía el temor de perderme. Asique hice lo que hubiera hecho cualquier ciudadano de a pie: buscar en google maps la calle e informarme a través de mi jefe el autobus más cercano.
Evidentemente, el primer día que me presenté en la casa tuve que hablar con el conductor de autobus para que me indicara donde bajarme.
De verdad, si algun día vais a Dublin, hablad siempre con los conductores, son muy amables y atentos y no dudarán en ayudaros.

Cuando estoy en el autobus, parece que no llego nunca... Pasaban y pasaban las paradas y el conductor no me decía de bajar. Yo pensé que se había olvidado de mí, asique me acerqué para volver a recordárselo. Me respondió que faltaba poco.

Durante el trayecto, pude ver por primera vez el mar en Irlanda!. Nunca había vivido en una ciudad con mar...
Había una pequeña playa, muy pequeña, pero claro, teniendo el Puerto tan cerca, a ver quien era el valiente que se metía con el agua a 10 grados!!!. No, sin duda alguna Irlanda no se caracteriza por sus maravillosas playas... :P

Cuando el conductor me indica que me baje, me da instrucciones de cómo llegar a la calle que busco. No era difícil. Solo había que caminar unos 100 metros.
La casa se encontraba en una calle cortada. El barrio era tranquilo y pintoresco...

Al llegar a la casa y entrar al jardín, toco el timbre y me recibe mi jefa. Detrás escucho los gritos de alegría de Tomas!.
Me enseña la casa de alquiler y la verdad es que está bastante bien. Es un poco más grande que la otra, pero no está nada mal... Tiene dos plantas, como casi todas las casas dublinesas, y algo que jamás enteré: dos cuartos de baño en la planta de arriba... y ninguno en la planta de abajo (?¿?¿)...

Aquel día tuve mucho trabajo: jugar con Tomas, pasar la aspiradora, sacar el polvo... Acabé realmente cansada, pero tuve una bonita sensación: mi jefa me aprecia, le gusta como trabajo y está contenta conmigo. Y eso, era muy bueno, porque suponía que yo conservaría mi trabajo.

Y por otro lado, y no menos importante, me trataba muy bien, algo fundamental y muy apreciado por mí, más teniendo en cuenta que yo venía de una empresa en la que el maltrato hacia el trabajador estaba a la orden del día... Como valoré aquello!, y como me enseñó a que un empleo es un empleo y no un lugar de maltrato psicológico en el que la humillación hacia el trabajador es una manera de mantener el orden y la jerarquía de la empresa.
Esta manera de ver las cosas me ayudó en trabajos posteriores...

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