Lo acompaño a Tesco, el supermercado que había a un par de calles de nuestra casa.
Durante el trayecto vamos hablando de tonterías varias.
Cuando llegamos al lugar, me invita a un helado. A veces me costaba un poco seguirle la conversación, ya que él hablaba inglés, pero con acento polaco...
Una vez dentro del supermercado, cuando nos encontrábamos en el pasillo de los productos de limpieza, sin venir muy a cuento, me dice: "sabes?, si alguna noche te sientes sola, puedes subir a mi habitación...".
Como mi nivel de inglés no era muy bueno, pensé: "no habrás entendido...", asique le pedí que me repitiera lo que me había dicho. De nuevo, vuelvo a entender lo que había comprendido desde un principio, la única diferencia, fue que a la segunda, su frase va acompañada de un gesto de picardía.
No, no había lugar a dudas: mi compañero de piso quería ponerme mirando a "Cork"... Yo me sonreí, un poco por compromiso y poder pasar el momento. Le respondí con un escueto: "Gracias. Pero estoy bien así". Él volvió a insistir, diciéndome que podíamos dormir juntos en su cama...
Los dos regresamos a casa, como si aquel comentario no hubiera salido nunca de su boca.
A partir de entonces, Peter se las ingenió para intentarlo, una y otra vez...
Por aquel entonces, él solía recibir periódicamente, la visita de una polaca que había vivido anteriormente en aquella casa. Solía venir los jueves por la tarde. Llegaba. Tocaba el timbre. Subía a la habitación de Peter, y a partir de entonces, de alguna u otra manera, te hacían partícipe de lo que allí acontecía... Entre los gritos, los crujidos de la cama, los golpes de la cabecera contra la pared del baño, las palmadas en el culo y el ir y venir al cuarto de baño, hacía que en las noches de los jueves fuese imposible pegar ojo... por un lado, porque no dejaban de hacer ruido, y por otro, porque una es humana y no dejaba de imaginarse la situación en la cabeza...
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