jueves, 14 de junio de 2012

Vivir en solitario: Dublin (XXVI)

Yo llevaba en Dublin unas 2 ó 3 semanas, cuando mi compañero Peter me dice que tenemos que buscar a 2 compañeros más para la casa, ya que de las 4 habitaciones 2 se encontraban vacías.
Al igual que hizo conmigo, colgó un anuncio en Internet. Cada 3 ó 4 días venía alguien a visitarnos.
Para Peter era muy importante conocer a la persona que venía, por eso teníamos que hacerles una entrevista.

El primer candidato no recuerdo de qué país era, pero era africano. Ni bien le abro la puerta, el joven me desnuda con la mirada. Incluso cuando me saluda siento que se acerca hacia mí mas de la cuenta...
Llamo a Peter para que baje y enseñarle la casa. Mientras Peter le hablaba, el chico no dejaba de mirarme. Evidentemente, yo utilizaba la vieja técnica femenina de "no me doy cuenta que me estás mirando..." y me hacía la tonta...
Al chico no se le entendía muy bien cuando hablaba. En algunas ocasión, incluso se enfadó porque no le habíamos comprendido del todo lo que nos había dicho.
Le enseñamos la casa, y no mostró demasiado interés, ya que el precio le habrá parecido caro...
Sentados los 3 en el sofá y charlando, las miradas se hacen evidentes, incluso Peter, que era bastante despistado se dió cuenta.Cuando decide marcharse, nos despedimos de él y se fue.
La sensación que nos dejó no fue nada buena, tanto a Peter como a mí.

Desde un primer momento Peter se negó a tenerlo en casa. Me dijo que no quería problemas, que dado el comportamiento que había tenido el chico no se fiaba de él. Y yo, evidentemente, me negaba a tener que ducharme echando el pestillo o cerrando con llave mi habitación cada noche antes de irme a dormir.Peter estuvo de acuerdo conmigo.

El segundo candidato se presentó a los pocos días. Era de Europa del Este. Le enseñamos la casa y hablamos un poco con él. Tuvo una actitud parecida al anterior, pero este fue un poco más lejos, en un momento de descuido, y estando la puerta de mi habitación cerrada, se mete dentro. Peter, alucinado, le dice que no puede entrar en mi habitación sin permiso!. Otro candidato que quedó descartado de inmediato por ser raro...

Otro día vino un chico chino. Peter lo subió a la planta superior para enseñarle la habitación. El chico le dijo que la habitación era horrible y que no le interesaba. Casi sin mediar palabra se fue, dejando a Peter con la palabra en la boca y cerrándole la puerta en las narices.

En otra ocasión, vino un chico de Polonia. Vió la casa y pareció bastante interesado, pero nunca llamó.
Creo que en alguna ocasión también vino una chica polaca, pero no lo recuerdo con exactitud. Tampoco le gustó la casa.

Era habitual que mucha gente llamase cerrando día y hora para venir a ver el chalet, y no aparecían...

En cualquier caso, Peter me decía que había que llenarse de paciencia, que él llevaba unos 2 años viviendo en esa casa y que había pasado mucha gente de todo tipo. Él quería estar tranquilo, sin gente rara ni malos rollos de por medio. De ahí su enorme interés en hacer la entrevista. Y yo estuve de acuerdo con él...


Parte del salón de la casa de Dublin.


2 comentarios:

  1. Uff, qué mal rollo dan algunas personas. Ya es suficiente con estar sentados con ellos, como para encima tener que vivir bajo el mismo techo.
    Espero intrigado el siguiente capítulo :)

    P.D: Por cierto, hay algo para ti en mi blog, pásate:
    http://cartasamifuturoyo.blogspot.com.es/2012/06/ive-already-won-something.html

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  2. Nuevamente: muchísimas gracias Mi yo del pasado!!!. ;)

    ResponderEliminar