domingo, 13 de noviembre de 2011

Vivir en solitario: Dublin, Irlanda

A los pocos días de mi regreso de Cuba, creo que no habían pasado más de 2, recibo una convocatoria de reunión de mi jefe.
Nada más llegar, me comunica mi despido. Me presenta los papeles para que firme, me paga mi indemnización y me pide las llaves del coche, el portátil, el móvil y las tarjetas de acceso a la oficina.
No lo negaré. En el fondo era un despido muy deseado desde hacía meses...

Por aquel entonces yo trabajaba en una multinacional norteamericana, tenía un buen sueldo, coche de empresa, libertad para poder trabajar desde donde quisiera... todo ventajas!, excepto por un detalle que ya comenzaba a costarme la salud: el tremendo stress al que estaba siendo sometida.
La relación con mi jefe era cada vez más tensa y yo comenzaba a sufrir los efectos de no poder dormir por las noches debido a la presión y al malestar que sentía las 24 hs. del día...
Llegada a esta parte del camino, en la que hice un crack... Llegué a un punto de inflexión en la que la única salida que vi fue el despido.

Pero claro, una vez en la calle, te ves sin presiones y sin agobios, te sientes libre y feliz, pero también te ves sin trabajo, sin coche, sin dinero, sin saber qué hacer con tu vida... con un montón de tiempo libre para pensar y sin encontrar una solución al problema... Hablo de marzo de 2009, cuando la economía ya empezaba a estar francamente mal. Muy difícil verte así, cuando llevas en activo varios años...

En un momento de lucidez, me doy cuenta que mi situación no está tan mal... dispongo de algo dinero (no mucho, pero si de algo), de tiempo, no tengo hipotecas, ni hijos, ni ataduras de algún tipo... y se me ocurre la idea de marcharme un tiempo a vivir fuera, concretamente a Dublin, Irlanda!.

Sería una oportunidad de oro para desconectar de todo lo anterior, comenzar una nueva vida, en un lugar diferente, aprender inglés y vivir una experiencia distinta... asique me puse manos a la obra y comencé a buscar información en Internet!...

Trinity College, Dublin, Irlanda.

viernes, 11 de noviembre de 2011

MI viaje a Cuba (XII)

Después de una noche de marcha por las calles de La Habana, rodeada de gente tan cercana y amable conmigo, levantarme temprano a la mañana siguiente fue todo menos fácil...
Pero quería realizar algunas compras antes de volver a España.
La artesanía es de buena calidad e interesante. Yo casi me compro todo... :P

El paseo por el Malecón me permitió tomar unas últimas fotografías, y sentí la sensación de volver, aunque de otra manera... Nada de viajes organizados!, la próxima vez que visite tierras cubanas, será a mi aire. Alquilaré un coche para recorrer la isla de norte a sur, y me hospedaré en casas de lugareños... Es un país, que dada su seguridad, permite realizar este tipo de aventuras sin problemas!.
Un viaje pendiente por realizar!...

La Habana.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Mi viaje a Cuba (XI)

Conocer gente del lugar y compartir actividades, siempre ha sido una de mis deudas pendientes en mis viajes. Casi siempre salgo sola o con turistas. No lo negaré, la desconfianza hace acto de aparición... nunca olvido que estoy sola!.
El caso de Cuba fue diferente. El turista recibe un trato muy particular, no se lo molesta ni se le hacen preguntas. La oportunidad se me presentó el mismo viernes que llegué de Cayo Coco. Decidí dar una vuelta por la ciudad, hasta que un joven se me acerca y me dice que "quiere ser mi novio"... jajajaja.
Comenzamos a hablar y de ahí surgió una cita con amigos esa misma noche.
Yo me presenté en el lugar y hora acordadas, no sin cierta desconfianza... pero como habíamos quedado en una zona muy transitada me fié.

Eramos 3: dos chicos y yo. Teníamos que ir a recoger a la novia de uno de ellos para poder salir los 4. En el trayecto, dirección el trabajo de la chica, hacemos auto stop, y compartimos coche con otras personas.
Yo empecé a estar tensa... nos estábamos metiendo en barrios que yo no conocía y la cosa dejó de gustarme.

Llegamos a una calle, uno de los chicos le dice al conductor que pare ahí, que nos bajamos. Las calles de La Habana son muy oscuras, y esta no era la excepción...
Yo pensé que no correría riesgos. Asique les dije a los chicos que no los seguía, que yo me volvía al hotel. Éramos las 3 únicas personas en toda la calle...

Uno de ellos, muy inteligente, se da cuenta de mi incomodidad... me dice que si quiero puedo seguires unos cuantos metros más atrás. Y así lo hice. No les quité los ojos de encima ni a ellos, ni alrededor.

Por fin, llegamos al trabajo de la chica, la recogemos y la cosa ya fue más relajada. Fuimos a un bar típico cubano, formado por unas sillas, unas mesas viejas y techo de chapa, donde los turistas no van. La música de un transistor y las ganas de bailar hicieron el resto... había mucha alegría y ganas de pasarlo bien!.
Hasta que llegó la policía, hubo una redada, y tuvimos que salir por la puerta de atrás.
Yo salí escoltada por estos chicos, escondiéndome entre ellos para que la policía no me viese. Si me hubieran visto, seguramente ellos habrían tenido problemas con la policía.

Me acompañaron hasta el hotel, donde nos sacamos unas cuantas fotos juntos, que no publicaré para preservar su intimidad. Una noche muy agradable, en la que conocí, aunque poco, pero si muy de cerca, la realidad cubana...

La Habana. Cuba.