Tenéis unos puestos muy interesantes para comprar regalos cerca de la estación central de trenes. Por otro lado, una vez que había finalizado mis compras pensé que sería una buena idea visitar la mezquita de Florencia, una auténtica maravilla de la arquitectura que no os podéis perder!.
Cuando decidí conducir hacia Venecia, temía que mi coche de alquiler no estuviera en el aparcamiento del aeropuerto, tal y como lo había dejado aparcado el primer día que llegué a Florencia. Cogí el autobús con dirección el aeropuerto y mientras caminaba con mi maleta hacia el coche rezaba una y otra vez que el coche estuviese allí. Tenía miedo que la grúa se lo hubiera llevado o que alguien, al verlo aparcado tanto tiempo solo, hubiera roto el cristal para robar. Pero respiré aliviada cuando, por fin, lo divisé sano y salvo en el mismo lugar donde lo dejé!.
Allá voy Venecia!!!.
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