domingo, 26 de julio de 2009

Mi primer viaje en solitario: Roma (IV). Las situaciones inesperadas...

Siempre hay que tener en cuenta que nos pueden pasar cosas inesperadas en un viaje, por muy planificado que lo tengamos. Así me sucedió en Italia...
El día anterior en el foro romano había sido realmente estupendo, saqué unas fotos increíbles y fue una visita que mereció realmente la pena, sino hubiera sido porque olvidé mi crema protectora solar... Cuando le pedí a un turista en el foro que me sacara una foto delante de la Basílica de Majencio, metí la mano dentro de mi mochila para sacar la cámara, y de pronto descubro que mi piel estaba totalmente quemada... Para mi desgracia soy muy blanca de piel, y nunca debo estar demasiado tiempo expuesta al sol. Olvidé mi crema de protección solar y esas fueron las consecuencias...

Aquella noche llegué al hotel con la piel completamente enrojecida, tirante... al ducharme sentí como el agua me quemaba la piel con solo rozarme. Ya ni recuerdo la cantidad de crema hidratante que me puse, pero si tenía que volver a ponérmela cada hora, porque la piel la había absorbido y estaba seca nuevamente.
Pasé una noche horrible. Las sábanas me quemaban y cuando quería darme la vuelta en la cama tenía que hacerlo con mnucho cuidado.

Al día siguiente: fiebre.
Me quedé en la cama buena parte de la mañana, bebiendo agua y descansando. Hasta que a las 12 me levanté, me encontraba bien.
Pero no podía ni imaginarme el estar nuevamente al aire libre, quemándome otra vez... Asique tocó cambio de planes!. En un principio había pensado ir a las Termas de Caracalla, pero no estaba el horno para bollos...
Lo mejor en mi estado era estar en un lugar cerrado, con camiseta de manga larga que me cubrieran los brazos, los hombros y la nuca, que era lo que peor tenía, además de la cara, claro... Me fuí a una farmacia a comprar una crema de protección solar factor 50, que era lo que tenía que haber hecho nada más llegar...

Lo mío no tuvo mayor transcedencia, solo fueron unas líneas de fiebre, algunos malestares en el cuerpo debido a la fiebre y los dolores de tener la piel quemada. Pero poco más.
El único problema es que estás solo, y tienes que autoatenderte a ti mismo.
Lo mío fue una tontería, pero siempre he pensado que cualquier día de estos podía pasarme algo mucho peor en algunos de mis viajes... como romperme una pierna, pillarme alguna enfermedad grave o perder toda mi documentación...

En el caso de tonterías sin importancia como la mía, desde mi punto de vista, lo mejor es no contar nada a la familia que están en España, porque no haremos otra cosa más que preocuparles con cosas que en realidad no tienen mayor trascendecia.
Lo mío necesitaba unas horas de reposo y nada más.
A mí mis padres me llamaron por la noche, para ver que tal iba todo, pero nunca les dije nada de lo que había pasado. Cuando regresé a España si se lo conté, pero claro, ya había pasado todo.

Es importante llevar algún tipo de seguridad social, como por ejemplo la tarjeta sanitaria europea, o algún tipo de seguro médico cuando salís de Europa. Sobre todo en casos importantes...

Otro punto importante es tener a mano la dirección de la embajada de nuestro país. Nunca se sabe si tenemos que tirar de ellos en algún momento...

Como veréis, solo llevaba 48 horas en suelo italiano y ya me habían pasado varias cosas... fue un viaje un poco accidentado por haber sido el primero...


Pintura romana en Pompeya. Septiembre de 2007.

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