domingo, 26 de abril de 2015

Dublin y tengo una cita?...

Un día estoy hablando por Skype con mi madre y el móvil de Irlanda empieza a sonar. Era muy extraño porque normalmente nadie me llamaba, sólo recibía mensajes de texto.

No identifico el número y pienso que es alguien que se ha equivocado. Le digo a mi madre que espere un momento y atiendo el telefono.

Enseguida me doy cuenta que la persona al otro lado si me conoce: me llamaba por mi nombre. Empieza a hablar en inglés muy deprisa y yo no entiendo nada.
Si entender inglés cara a cara es muchas veces difícil, por teléfono es directamente imposible!. Cuando hablas con una persona cara a cara le ves los gestos y eso ayuda a la comprensión, pero por teléfono o radio la cosa se vuelve muy complicada...

Primero le digo a la persona que se identifique. Entiendo que es John, un hombre del grupo de irlandeses con los que yo solía quedar los sábados por la noche cerca de  mi casa.

Me dice que viendo que no le entiendo, me enviará un mensaje de texto para mejorar la comunicación.
Al poco de colgar, me suena el móvil con un mensaje. Al leerlo descubro que John, un hombre de unos 40 años más o menos, amable, educado y los dientes llenos de sarro, quería una cita conmigo esa misma tarde.

Su intención era dar un paseo por un parque cercano, rodeado de flores, árboles... y luego podíamos tomar un café. La verdad es que la manera de decirlo y de proponerme la cita era poco usual para mí.
Ya comenté en un post anterior que los irlandeses tienen una manera de ligar bastante educada, cordial... como los hombres de antaño.

A mí sinceramente este hombre no me interesaba, asique le contesté diciéndole que esa tarde tenía que estudiar. Una excusa, claramente.
Lo entendió. Si embargo, a los pocos días, volvió a insistir para quedar. Y nuevamente le respondí con otra excusa. Y esa fue la definitiva. Nunca más volvió a escribirme. Por suerte...





St Stephen Green, en Dublin, Irlanda.

sábado, 18 de abril de 2015

Dublin y mi vida de estudiante...

Al llegar a Dublin todo era novedad: la ciudad, vivir en un piso compartido, el haberme independizado de mis padres, el organizar una casa, cocinar, volver a la vida de estudiante...

Todo lo encajé muy bien al principio, excepto esto último: volver a la vida de estudiante.
Cuando me marché a Irlanda tenía 29 años, había terminado mi carrera en España y ya había trabajado en varias empresas, lo que me daba independencia económica.

Pero en Irlanda las cosas cambiaron. Si, trabajaba y estudiaba, pero mi trabajo era un empleo no cualificado, con pocas horas a la semana para poder pagarme mis estudios de inglés, o lo que es mismo: estaba haciendo la vida de una chica de 20 años con 29... Parece absurdo, pero no lo es...

Los chicos de 20 años que llegan a otro país a estudiar o simplemente a vivir una experiencia, hacen precisamente eso: trabajar en un empleo no cualificado porque no tienen experiencia o la formación necesaria para desarrollar otra cosa. Un pequeño trabajo para poder pagarse sus gastos. Es lo que hace todo el mundo y es normal.

 Y ese era mi caso. Yo venía de España, de trabajar en grandes empresas, alguna multinacional a gran escala, haciendo la vida de una persona de 30 años, o más bien, la vida que hace casi todo el mundo cuando tiene 30 años, y sin embargo, en Irlanda, hacía la vida de un estudiante...No solo porque tenía un trabajo no cualificado, sino porque trabajaba para pagarme mis estudios. Parece una tontería, pero no lo es.

Al tiempo empecé a sentirme extraña, como en un zapato que no era el mío. Tenía la sensación que había dado un paso atrás: había vuelto a los 20... pero habiendo vivido antes la vida de los 30...
Esto genera el sentimiento de haber retrocedido en la vida.

He vuelto atrás realmente?... pensé mucho sobre ello. La verdad es que incomoda la situación. Me preguntaba muchas veces "qué estaba haciendo en Irlanda?", "por qué no había hecho esto con 20 años y no con 30 como todo el mundo?", "por qué tanto retraso?"...

Lo cierto es que uno hace en la vida lo que puede, cuando puede y como puede... así de sencillo. Si yo no lo había hecho antes era porque no había podido o simplemente porque no estaba preparada para hacerlo.
Nunca es tarde si uno hace lo que quiere y como quiere en el momento que desea.

Yo estaba haciendo la vida de una persona de 20 años, eso era verdad, pero se me presentó la ocasión con 30 y lo importante fue que no dejé escapar la oportunidad.
Yo estaba viviendo una experencia personal única, y en realidad no había dado un paso atrás volviendo a mi vida de estudiante, sino que estaba haciendo algo que estaba enriqueciendo mi mochila personal. En realidad, estaba creciendo.

En lugar de sentirme culpable por no haberlo hecho antes o sentirme extraña en un zapato que no era el mío, empecé a sentirme orgullosa de haber venido a Irlanda y de estar experimentado esta nueva vida, que me estaba enriqueciendo tanto...

Eso era lo importante!.