Odio las despedidas. Y la mañana antes de marcharme no fue especialmente fácil.
Jamás olvidaré la carita de tristeza de mi perra, quien entendió, al ver la maleta, que me marchaba nuevamente. Se quedó en su camita, sin saber qué hacer. Asique le dije que viniera a mí y la abracé.
Me despedí de mi madre, diciéndole que hablaría con ella esa misma noche cuando llegase a mi casa.
Muchos se ofrecieron a llevarme al aeropuerto, pero preferí que no. El avión salía muy pronto.
Me despedí nuevamente de mi tierra mientras miraba el paisaje a través de la ventana del tren. Apenas había amanecido.
Otra vez hice la cola de embarque para subir al mismo avión que, dos meses antes me había llevado a tierras irlandesas.
No tenía ganas de marcharme. Me lo había pasado muy bien en España. Pero tenía que regresar, aun tenía que cumplir mi misión: vivir una experiencia personal, que me enriqueciera, que me hiciera sentir que había evolucionado, que había crecido...
Con esta despedida de España, aprovecho para despedirme de este año 2012. Les deseo a todos una buena salida de año y una mejor entrada!. Este año se acaba, pero aún tenemos por delante un año más con montones de cosas por hacer!!.
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