viernes, 18 de mayo de 2012

Vivir en solitario: Dublin (XXII)

Thomas. Así se llamaba el niño que tenía que cuidar.
Ya había acordado el precio de mi hora con la madre (era una miseria, pero bueno, ayudaba a mi economía...). Iría por las tardes, unas 2 ó 3 veces por semana, en función de las veces que me necesitase, y unas 3 ó 4 horas cada día.
Mi trabajo era cuidar del niño y hacer algunas labores domésticas sencillas.

La casa se encontraba a las afueras de Dublin. Tuve que empollarme bien el mapa antes de ir para no perderme, y hablar con el conductor para que me avisara en donde bajarme, ya que por esa zona las calles suelen ser iguales y es fácil perderse...
Cuando llego al lugar, no consigo ubicarme muy bien, qué le vamos a hacer... soy mujer y no interpreto mapas...
Tengo que enviar un sms a la madre para que me explique como llegar. Por suerte me respondió, y después de estar media dando vueltas por el barrio consigo encontrar la casa...

Describiré la situación. La casa tenía un jardín delantero enorme!, como casi todas las casas irlandesas. Cuando toqué el timbre me atiende la madre, una mujer muy amable y simpática que no duda en hacerme pasar al interior.
La familia constaba de 5 miembros: la madre, el padre y 3 hijos: una niña mayor que Thomas, Thomas y otra niña menor que él. Además, tenían un perro que no dejaba de gruñirme siempre que tenía la oportunidad, y varios conejos que tenían en el enoooooooooooooorme jardín del fondo, cuyo tamaño equivaldría a unas 2 ó 3 pistas de tenis... Allí tenían los juegos de los niños.
La casa tenía dos plantas, y habitaciones por todos lados. La planta de arriba nunca llegué a conocerla.

Según iba caminando, me iba tropezando con  ropa, zapatos, toallas, balones, muñecas, juegos de mesa, peluches de grandes dimensiones... en mi vida había visto una casa tan desordenada. Las cosas estaban por todos lados: en el pasillo, en las habitaciones, la cocina, el cuarto de baño... Podías encontrarte las cosas más inverosímiles en los lugares más insospechados...
Cierto es, que yo me he criado en una casa tremendamente ordenada y limpia. Quizás demasiado...

La madre, que hacía un esfuerzo sobrehumano para que yo pudiese entenderle, me dice que me va a presentar a su hijo.
Abre dos puertas dobles de par en par, la habitación era enorme, con suelo de madera y un ventanal gigantesco a la derecha.
En el fondo una cama ortopédica, y en su interior, Thomas.
El "niño", tenía 15 años..., y la pequeña minusvalía de la que me había hablado su madre por email, era una minusvalía motora que no le permitía moverse con normalidad y agarrar objetos con las manos, y que le obligaba a estar o en una silla de ruedas o en una cama, ya que tenía los músculos paralizados.
También era una minusvalía psíquica, que no le permitía hablar, únicamente emitía sonidos, había que darle de comer con cuidado, ya que podía ahogarse, y esa misma minusvalía, había sumido al pobre Thomas en una perpetua infancia, ya que se había quedado paralizado, psíquicamente hablando, en los 2 años.
Es decir, era un adolescente de 15 años, metido en la mente de un niño de 2...

Cuando lo vi, me quedé parada, no dije nada. Era obvio que la familia había aprendido a vivir con un miembro con discapacidad severa, y lo llevaban con normalidad. Yo nunca había trabajado con alguien con una minusvalía a ese nivel. Y pensé: quién iba a ser yo para poner el punto sobre la "i" y hacer notar la minusvalía de Thomas?... Si ellos actúan con normalidad, yo haré lo mismo. Asique esbocé una sonrisa al ver a Thomas, y él, con la gracia de un niño, hizo lo mismo.

La madre, sin muchos preámbulos, me dijo que limpiara un poco el salón. Era tal el desorden, que no sabía por donde empezar... saco el polvo de los muebles, intento sacarles un poco de brillo con el "Pronto", y paso la aspiradora.
La madre me dice que cuide de Thomas, mientras ella se pone a hacer los deberes con las hijas. Lo único que debo hacer es leerle cuentos, hablarle, y jugar con sus juguetes, ya que él no puede coger ninguno. Y fue lo que hice: intentar estimular sus sentidos, a través de mis palabras, de las imágenes de los libros... fue una auténtica delicia ver cómo él me entendía cuando le hablaba. Se reía, chillaba como un niño y agitaba las manos de contento, al ver que yo le prestaba atención y que jugaba con él.

Él se comunicaba conmigo a través de la mirada y de los gestos que hacía con la cara. Yo no le entendía. Cuando terminé, la madre me pagó según lo acordado. Me marché saludándola y arreglando para volver en unos 2 ó 3 días.
Cuando cerré la puerta, en la acera de enfrente, pasan dos chicos de una edad aproximada a la de Thomas. Reían, y comentarían cosas de adolescentes propias de su edad, supongo. A mí se me caían las lágrimas de tristeza pensando que la vida había sido muy injusta con Thomas, él nunca podrá hacer esas cosas, no podrá ir al cine con una chica, enamorarse, jugar el fútbol... como los demás chicos de su edad, el futuro que le esperaba era una cama ortopédica, cuentos infantiles y una habitación con un enorme ventanal.

Me quedé parada, delante de la puerta de la casa, observando a esos chicos, llorando de rabia y de impotencia por los dados tan malos que le habían tocado jugar en esta vida a Thomas.
Dudé si podría seguir yendo a trabajar a aquella casa, no puedo con este tipo de situaciones dolorosas. Cogí el autobus de vuelta a casa, analizando e interiorizando lo que había significado ese día para mí, y quizás, también, para Thomas...

The Dubliners, el grupo favorito de Thomas...

2 comentarios:

  1. Me quito el sombrero contigo. Sé lo que es cuidar niños pequeños. Los míos no tenían ninguna discapacidad y se me hacía duro aunque me encanten los niños.
    Un abrazo!

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  2. Hola mi yo del pasado!,
    Cuántos eran los tuyos?, cuántos años tenían?...
    El problema de cuidar niños es que es una gran responsabilidad y está poco valorado, porque todo el mundo piensa que es muy fácil, pero si a un niño le pasa algo, como una caída, o que se ha pegado con otro niño, aunque sea una tontería, es responsabilidad tuya, y lo primero que te preguntan es "y cuándo pasó esto, tú dónde estabas...?"

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